Aparte de los republicanos Rubio y Cruz, recibirán sanciones el correligionario Chris Smith, el embajador general de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, Samuel Brownback; y la comisión ejecutiva del Congreso sobre China.
Beijing respondió así a las impuestas la semana pasada a cuatro dirigentes del Partido Comunista de China y del gobierno en la región autónoma uigur de Xinjiang.
Tras expresar firme rechazo, Hua Chunying, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores denunció que con tal acción Washington interfirió en un asunto puramente interno, violó normas y leyes internacionales, y dañó las relaciones bilaterales.
También exigió a la Casa Blanca dar marcha atrás a su decisión y advirtió sobre más reacciones si continúa la hostilidad contra Beijing.
Con la altanería propia de quien se considera un sancionador inmune de Estados Unidos, Marco Rubio respondió en un tuit "Supongo que no les gustó". Seguramente a él tampoco le gustó.
La insistencia estadounidense de entrometerse en cuestiones sensibles como el Tíbet, Hong Kong, Xinjiang y Taiwán coloca a las relaciones bilaterales en su peor etapa, e incluso recientemente el canciller Wang Yi alertó de que empuja a ambas potencias hacia la Guerra Fría, según Prensa Latina.