Quiero aclarar que esto era un experimento.
Obviamente no es el tipo de libros que yo leo, ni siquiera que he leído alguna vez en mi vida. Que es más la pseudo novelas de autoayuda las he despreciado desde que tengo uso de razón. ¿Por qué lo leí, entonces? Pues me dio curiosidad, quería saber qué es lo que el mundo considera que es adecuado para un niño. Yo con ocho años leía a Gabriel García Márquez y les aseguro que eso me parecía más apropiado. No era lo mejor para la edad, pero comparado con esto definitivamente sí.
Viendo en goodreads (me sorprendió encontrar el libro en goodreads, tengo que decirlo) lo califica como novela formativa. Analicemos bien esta expresión. Novela no es, ni por asomo. No tiene la estructura clásica narrativa de una historia que es la que se usa en las novelas, y no porque sean muy originales y se salten eso, sino porque no les hubiera funcionado. No narra una historia, pequeños sucesos sí que lo hace, pero no una historia en verdad. Por la extensión creo que tampoco se podría considerar novela.
En realidad es una sucesión de eventos, cada uno independiente, en los que el autor se esfuerza para que tengan alguna lógica de continuidad. Continuidad que se siente forzada de principio a fin. ¿Es interesante?, pues no. Tal vez lo pueda capturar la atención de los más jóvenes es que se proponen como sucesos posibles, posibles bajo determinadas circunstancias, cabe aclarar. No a todo el mundo le sucederían las mismas cosas que al protagonista.
Lo consideran formativa, esto sí que tiene razón. Ahora, que el concepto “novela” y el “formativa” puedan dialogar en conjunto, pues sí que se hace raro. La novela como tal pierde su característica literaria si se le exige que tenga un elemento formativo básico, y deja de ser novela como tal. Es una fábula o algo por estilo, pues las fábulas son más interesantes. Deberían ser más claras las editoriales al calificar los libros, porque esto es autoayuda por donde se lo vea.
¿Cuál es mi desazón con la autoayuda? Porque es innecesaria. Una novela puede tener ese carácter formativo sin exigirlo y ser mucho más interesante, enganchar mejor y convencerte de verdad. La literatura, digamos, hace una especie de lavado de cerebro. Cuan lees un libro no eres la misma persona que eres antes y no está mal. Eres una persona que aprendido un poco de algo, tal vez con Ciencia Ficción de la ‘hard’ aprenderías algo de ciencia, conceptos científicos o teorías de este ámbito. Y con las novelas románticas por muy sosas que estas sean te ayuda a comprender un poco a las personas. Tienen ese carácter formativo y no deforman el relato.
¿Qué más puedo decir? No soy partidaria de esto, y resulta un tanto extraño saber que este tipo de libro existe también para niños. Mejor lean fantasía.