Tanto el agente como la forense Laura Terraux vuelven a encontrarse, tras sus andanzas en ‘Sangre de barro’, la primera entrega de la serie, y entre ellos se respiran unos cuantos asuntos pendientes, enredados además por circunstancias personales como el embarazo de Laura, tan pretendido como solitario, y la separación de los padres de Thomas, que ha provocado un pequeño terremoto en la conciencia del agente irlandés.
Un congreso en La India, y la certeza de que el visitante muerto iba a viajar también a aquel país, provocarán un cambio de escenario en el que Connors empezará a relativizarlo todo, su trabajo, su pasado y lo que la vida le está poniendo por delante. El misterioso asesino sigue actuando y arrancando lenguas mientras las primeras pesquisas del investigador Dulal, miembro de una policía recién renovada, parecen apuntar a turbios experimentos farmacéuticos.
Maribel Medina ha vuelto a crear una novela con un gran ritmo, saltando de Europa a La India para hacernos transitar por sus calles, sintiendo sus aromas casi tanto como su miseria. Una novelista en la que ese trazo paisajístico, muy bien combinado con la intriga, se vuelve el mejor de los argumentos para llevarnos, como a la pequeña Tanika, hasta un final en el que resplandezca algo de luz, porque las sombras no pueden ser tan eternas ni tan tóxicas como los basureros de Benarés entre los que sobrevivía la niña.
Sangre intocable. Maribel Medina.Maeva. Madrid 2015. 446 págs. 19’90 euros.(LA VERDAD, "ABABOL", 8/3/2016)