La leyenda de la liberación de una bestia feroz y monstruosa que aterrorizaba a las gentes por parte de un caballero valiente, se presta a interpretaciones múltiples. La descripción del dragón incluye su dominio en los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego, porque camina con seis patas, vuela con unas gigantescas alas de murciélago, nada por las aguas del lago y escupe fuego a voluntad. Insaciable, exigía la ofrenda de una doncella periódicamente. Que la intervención de San Jorge se produzca justo cuando le toca ser la víctima a la hija del rey, no deja de ser una concesión al régimen feudal a mirar con distanciamiento, hoy día que las hijas de los reyes están bastante devaluadas.
En cualquier caso las leyendas son eso, leyendas, narraciones. Etimológicamente, cosas para ser leídas. Y a leer es a lo que invita la celebración del Dia del Libro, aniversario del paso a mejor vida de Shakespeare y Cervantes (bueno, en realidad Cervantes murió el 22) y también del Inca Garcilaso de la Vega, que hace el puente con las Américas.
Iniciar a los niños a la lectura es comenzar la gran batalla contra el dragón de la ignorancia, la incultura, el embrutecimiento y la marginación. Hay que recordar que no nos bastará con una lanzada por certera que sea, para destruir al dragón. Es una lucha que requiere esfuerzos continuados, diarios y tenaces.
X. Allué (Editor)