Sant Pau Carme Ruscalleda

Por Baco Y Boca @BacoyBoca

De vez en cuando nos pegamos un lujazo gastronómico. Son experiencias que habremos disfrutado y eso ya no hay quien lo borre. “Que nos quiten lo bailao” ¿o no?.

Hoy os vamos a enseñar más que ha contar nuestra visita al Restaurante Sant Pau de Carme Ruscalleda. Y decimos a enseñar porque todo lo que podamos decir se quedaría corto. Primero, por no saber hacerlo, y segundo, porque si supiéramos, seguramente podríamos condicionar a alguien (ojo, desde la total humildad) y sería una lástima. Visitar un restaurante de una cocinera que reúne 7 estrellas michelín es un privilegio y desde el primer momento en que traspasas la puerta de esta casa los sentidos se afinan, se vuelven más receptivos para no perder detalle de lo que va a acontecer.

El ambiente, como no podía ser de otra forma, encantador. Pocas mesas, todas redondas con vistas al jardín. Decoración la mínima para darle calidez y elegancia.

Como siempre hacemos en este tipo de restaurantes escogemos el menú degustación y si puede ser con maridaje, mejor. Siempre tienes la opción de carta, pero creemos que es la mejor forma de saborear la mayoría de platos que pueden ofrecerte combinados con los mejores vinos, poniéndonos a su total disposición.

Fuimos en Abril, por lo que el Menú degustación del Sant Pau era el de primavera, que te detallan en el reverso de una receta de cocina, por lo que, si te atreves, puedes elaborar la receta en tu casa y ganarte una estrella (en nuestro caso, miquelet como mucho). Así que, como os anunciábamos, esta entrada va a ser bastante visual…Empezamos con los aperitivos. Croquetas de setas de Sant Jordi: Servidas en un pequeño “atillo” como si fuera un mini mantel y con forma de seta. Primera exquisitez

Xiulets en tempura, con salsa romesco

Coca de tupi cremoso, tomate  pasa y orégano fresco

Hasta aquí serían los aperitivos. Fueron maridados con cava Assemblage 2009 Colet Vins D.O. Penedès. Desde el primero hasta el último, todos buenísimos. Punto exacto en todo. La tempura de los xiulets, la verdura al dente, la suavidad de la salsa seguían confirmando porqué cosas tan simples pueden cambiar tanto al ser bien cocinadas encontrando su punto idóneo en cada uno de los ingredientes. La Coca de Tupí, la adaptaron a mi gusto al ser queso con dos maravillosas presentaciones dignas de perpetuidad que daba mucha pena estropear al hincar el cubierto. Continuamos con los primeros todos del mar excepto el primero que fue una sopa Miso con foie y verduras. Vino Generòs Sec. Solera 1976 Alella Vinícola. D.O. Alella

Seguimos con unos Guisantes del Maresme y Sepia. Pansa Blanca 2011. Marqués de Alella D.O. Alella

Langostinos al horno con alcachofa en texturas. Pinot Noir 2013. Parató. D.O. Penedès

Gambas con tostada de mar. QX2012. Mas Candi. D.O. Penedès

Rape con jugo de Maria Luisa con patata violeta Ctònia 2012. Masia Serra. D.O. Empordà

Todos, absolutamente todos eran una maravilla. Nos resulta muy difícil describir los sabores, porque no es solo cuestión de eso, sino de sensaciones, texturas, ambiente, servicio. Seguiremos con los platos de carne, dos opciones de las que se debe escoger. Cogimos una cada uno para poder probar las dos, como no podía ser de otra forma. Un lomo de potro con bala vegetal Planetes 2011. Nin Ortiz. D.O.Q. Priorat

Y la otra opción Pato de Challans y nabo. Acusp 2012. Castell d’Encús. D.O. Costers del Segre

Diez platos hasta ahora, diez momentos de placer, de distensión, de disfrute. Todos marinados con vinos catalanes de diferentes Denominaciones de origen para cada uno de ellos, cavas, blancos, rosados y tintos. Todos en su momento, servidos por el sumiller que te ayudaba a sacar el máximo provecho. Los prepostres y postres, la parte dulce excepto un queso para Baco: Sâo Jorge, 3 juegos con calabacín y almendras con Cinclus 2009 Viticultors DG. Penedès

Y un Club Transparente de fruta adaptado para Boca con Calgo 2008. Viticultors DG Penedès

Frutos rojos albahaca, limón, helado de chocolate Opalys con Advent 2009. Heretat Mont-Rubí. D.O. Penedès

 Negro y Olivas Aragón, Sevillanas, biscuit y vino dulce. Dolç Mataró 2011. Alta Alella. D.O. Alella

Dos obras de arte, dos pinturas, dos esculturas, dos creaciones comestibles. Podemos llamarlas como queramos, todos encajan. El café que va acompañado de varias golosinas, bombones y pastelitos: Nube de fresa y wasabi, bombón cremoso de chocolate, Roca Blanca, Roca negra, Gominola de Limoncello, Coca de hojaldre y cabello de ángel, Crujiente de regaliz y sidral, Financier de coco, Mini Sacher y New-Srumble de frambuesa.

Tomamos el café con todo su acompañamiento en el jardín, disfrutando del sol que aún no incordiaba. Era Sant Jordi y aunque Carme Ruscalleda estaba en Barcelona y no pudimos verla (curiosamente luego hemos coincidido en diferentes ocasiones) si tuvieron el detalle de cumplir la tradición con dos detalles, un verso de Miquel Marti i Pol con un bombón especial de y el regalo de un libro, la Guía Michelín 2014

Demasiadas cosas hemos dicho en este post, por no hacerlo solo de fotografía, por romper y dar algo de idea a lo que podéis encontrar en Restaurant Sant Pau de Carme Ruscalleda. No dudéis por ni por un momento que todo es mucho mejor que lo dicho o fotografiado. Son oportunidades y ocasiones únicas que, para nosotros, deben vivirse. Hacedlo, en la medida de lo posible: pedidlo de regalo de cumpleaños, de aniversario, de lo que queráis. Es posible, si no es de parte de uno, de parte de muchos. Seguramente será una de las cosas que más recordaréis el resto de vuestra vida.