Ángela Guerrero González, Sor Ángela de la Cruz, Madre de los pobres, nació el 30 de enero de 1846 en Sevilla en el seno de una familia sencilla. Sus padres, Francisco Guerrero y Josefa González, tuvieron catorce hijos, pero sólo seis llegaron a mayores de edad a causa de la terrible mortalidad infantil, aún persistente durante todo el s. XIX.Sus padres eran—hasta la exclaustración de los religiosos en 1836—los cocineros del Convento de los Padres Teatinos de Sevilla. Su padre murió pronto. Sin embargo la madre llegara a ver la obra de su hija, y las Hermanitas de la Cruz la llamaran con el dulce nombre de "la abuelita" y quedaran admiradas de las muchas virtudes que florecían en el jardín de su alma. Ella supo transplantarlas al jardín del alma de su hija Ángela. Se dice que un día, siendo aun muy pequeña, desapareció y todos la buscaron. Todos menos su madre que enseguida adivinó donde estaba: en la iglesia. Allí la encontraron rezando y recorriendo los altares. Ya mayor dirá: "Yo, todo el tiempo que podía, lo pasaba en la iglesia, echándome bendiciones de altar como hacen las chiquillas".Por carecer de recursos, apenas puede aprender a leer y escribir. Ángela, que crecía en un piadoso ambiente familiar, pronto daría cumplidas pruebas de bondad natural. Ya de joven, nadie osaba hablar mal o pronunciar blasfemias en su presencia. Si hablaban algo menos puro, al verla llegar, decían, cambiando de conversación: "Callad, que viene Angelita".
Ángela necesita trabajar desde los doce años para ayudar a su familia, cuando apenas ha tenido ocasión de asistir a la escuela: en el taller de calzado de doña Antonia Maldonado, en la calle del Huevo, trabajó durante algún tiempo como zapatera. Dña. Antonia estaba encantada de ella y exhortaba a las demás a que la imitaran. Hacia rezar el rosario y rendían mas que antes.El Padre Torres Padilla era muy amigo de la familia donde trabajaba como zapatera. Le habían hablado de la maravilla de aquella joven.
La casa donde nació Santa Ángela se encuentra en
el número 5 de la calle Santa Lucia de Sevilla.
Ángela ha encontrado tres compañeras: Josefa de la Peña, una terciaria franciscano "pudiente", que ha decidido dar el paso que su contacto con los pobres le está pidiendo; Juana María Castro y Juana Magadán, dos jóvenes pobres, sencillas y buenas. Con el dinero de Josefa Peña alquilan su "convento": un cuartito con derecho a cocina en la casa número 13 de la calle San Luis, y desde allí organizan su servicio de asistencia a los necesitados a lo largo del día y de la noche. Poco después se trasladan al número 8 de la calle Hombre de Piedra, y comienzan a adquirir notable consistencia en el clima religioso de Sevilla. Estrenan hábito y sus compañeras comienzan a llamarle "Madre", cuando aún no se ha borrado de su rostro la primavera de la niñez. Entre duras penitencias y mortificaciones, fieles a la causa de los pobres, consiguen obtener en 1876 la admisión y bendición del Cardenal Spinola.
Todo el resto de su vida estaría marcado por el signo doliente de la Cruz, pero también por la felicidad de quien se siente "luz en el mundo mostrando una razón para vivir". La Compañía va a crecer, y con ella el agradecimiento del pueblo sevillano y de todos los rincones de Andalucía a donde llega el espíritu de Sor Ángela. Como afirma José María Javierre en su preciosa obra Madre de los pobres: 'Que yo sepa, es el único caso en el mundo. Existe una ciudad donde pronunciáis el nombre de una persona y todos los habitantes, todos, sonríen: -Era buena, era una santa."
La siguen bastantes jóvenes y mayores que quieren imitar a Sor Ángela y seguir su mismo genero de vida. Todos caben en sus casas. La austeridad será nota distintiva de sus casas. Roma da aprobación a su Obra. La muerte le sorprendió con las manos llenas de amor, pero vacías de entregar a los demás su vida hecha dulzura, milagro cotidiano de luz. A las tres menos veinte de la madrugada del día 2 de marzo de 1932 alzó el busto, levantó los brazos hacia el cielo, abrió los ojos, esbozó una dulce sonrisa, suspiró tres veces y se apagó para siempre. El día 28 de julio del anterior año había perdido el habla. Sus últimas palabras habían sido: "No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera......"
En 1932, Madre Angelita fallece en Sevilla, el pueblo sevillano
la tenia pro Santa ya en vida.
El año de su canonización, en nuestro pueblo que también siente una especial devoción por Santa Ángela, se le cambió el rotulo de la antigua calle de la cárcel por “Santa Ángela de la Cruz” bendiciéndose una cerámica de Luis M. López Hernández, todo esto gracias a la Archicofradía del Santísimo Sacramento y Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia que la tiene desde 1982 como titular, conservando una reliquia del habito de Sor Ángela.Fue Santa Ángela gran devota de la Divina Pastora, por ello la designó patrona de las novicias de la Compañía de la Cruz, venerándose una Imagen de la Divina Pastora en la casa madre de la orden, así como en otros conventos de la congregación.
"En la presencia de Dios, yo pensaba: cada mal tiene su remedio y ya no hace efecto en las criaturas lo que han visto siempre. Se necesita que se levante como un gigante poderoso esta Regla, este predicador mudo del ejemplo, que pueda decir al mundo: Tú no crees si no que los que se consagran a Dios lo hacen por comodidad o regalo; mira, pues, mis obras, que te dicen lo contrario; y ya no tienes donde apoyar tu murmuración, porque sólo por amor de Dios me abrazo con todo lo que a la carne le hace contradicción; y no te burles, porque me declaro tu enemigo.
"Hay que hacerse pobres con los pobres... Para aconsejar a los pobres que sufran sin quejarse los trabajos de la pobreza, es preciso llevarla, vivirla, ¡qué hermoso sería un instituto que por amor a Dios abrazara la pobreza, para de este modo ganar a los pobres y subirlos hasta El".El pueblo la proclamó Madre de los pobres. El Papa Juan Pablo II, en su visita a España de 1982, en Sevilla, la beatificó. Veinte años después, el pasado 20 de diciembre de 2002, se procedió a la lectura del Decreto de canonización de la Beata sevillana sor Ángela de la Cruz, después de que el Colegio cardenalicio aprobara por unanimidad, el pasado día 5 de noviembre de 2002, el informe de los médicos y teólogos sobre el milagro que abre el camino de su próxima canonización, que tendrá lugar, Dios mediante, durante la visita del Santo Padre a España en los primeros días del mes de mayo de 2003.
Y porque fue pobre, amó a los pobres. Sintió la pobreza en su propia vida y se quiso identificar con el sentido cristiano de la pobreza en su entrega a los desvalidos.No encontró ella ningún modo mejor que éste de acercarse a sus hermanos: siendo pobre como ellos. Y Dios le dio un corazón tan grande que la hizo madre de los pobres. Este es el gran lema que resume toda su vida.
Buscó al pobre en su casa. Fue a la casa de los enfermos más necesitados para cuidarlos allí, en el calor del propio hogar. Con este fin fundó las Hermanas de la Compañía de la Cruz, dedicadas a la asistencia y socorro de los desheredados de este mundo.
Cuando murió, el 2 de marzo de 1932, Sevilla la señaló como un símbolo. Y la quiso con la gratitud maravillosa de los pobres.
La Iglesia la presentó al ejemplo de este mundo nuestro, tan necesitado de caridad heroica.
Dios de toda bondad, que iluminaste a Santa Ángela virgen, con la sabiduría de la cruz, para que reconociese a tu Hijo Jesucristo en los pobres y enfermos abandonados, y los sirviese como humilde esclava, concédenos la gracia que te pedimos por su intercesión, en esta novena.Así también, inspira en nosotros el deseo de seguir su ejemplo, abrazando cada día nuestra propia cruz, en unión con Cristo crucificado y sirviendo a nuestros hermanos con amor. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria ...