Santa Clarita Diet, una mamarrachada muy apetecible

Publicado el 03 febrero 2017 por Dro @Drolope
Está de moda que veteranas glorias del cine se trasladen a la televisión con un fabuloso comeback que les catapulte de nuevo a la palestra y las resucite de su letargo. A Nicole Kidman, a quien pronto veremos en Big Little Liesde HBO, le acompaña Drew Barrymore en la nueva serie de Netflix, Santa Clarita Diet.

El típico antojo que te da a las 3 de la mañana

Santa Clarita Diet está ambientada en la pequeña ciudad de Santa Clarita, a las afueras de Los Ángeles, un lugar perfecto para instalar a tu familia y donde el césped debe medir X centímetros para no meterte en problemas. Allí nos trasladamos a la dinámica de los Hammond, formada por Joel (Timothy Olyphant, Justified), Sheila (Drew Barrymore, Los  Ángeles de Charlie) y su hija adolescente Abby (Liv Hewson). Tanto Joel como Sheila son agentes inmobiliarios con una vida más que insatisfecha, viviendo con el piloto automático puesto y tratando de vender las casas que se le resisten a la agencia. Sin embargo, un día Sheila sufre un cambio brutal: se convierte en una especie de “muerta viviente” que desarrolla un voraz apetito por la carne humana. Su “transformación” será una de las escenas que más se me queden grabadas de esta serie porque es un poco hardcore, pero al mismo tiempo es muy divertida, como el resto de la serie ya que es una comedia. Estos toques gore se ven a lo largo de toda la primera temporada, compuesta de diez capítulos, y que casan muy bien con el toque cómico y ligero de la trama.
Lo que más me gusta de esta serie es su perspectiva pues, mientras en otras series vemos cómo el “afectado” (o “infectado”, como queráis llamarlo) mantiene su nueva condición en secreto, este no es el caso. Tanto Joel como Abby tienen que enfrentarse a esta nueva situación y Sheila, aunque muestre su parte más animal, no pierde su lado humano. Los tres van a tener que aprender a vivir con esta nueva “dieta” de la matriarca y, además, con las consecuencias que conllevan. La más importante es la evolución de Sheila como personajepues se nota un gran cambio en ella, pasando de una mujer estancada a una persona más audaz, sincera y atrevida ya que no tiene nada que perder al estar muerta. Este cambio sacude al resto de la familia. Mientras que Joel busca una forma de salir de su anodina vida a través de los “cigarritos de la risa”, su hija Abby lidia con los problemas típicos de la adolescencia que se le suman a este de su madre. Si se quitase la parte zombiede la serie, como bien decía Timothy Olyphant, “parece una serie sobre un matrimonio con una adolescente de verdad, con los problemas reales de todo adolescente”.

Esta dieta no es apta para todo el mundo

Los vecinos colindantes también tendrán su ración de protagonismo ya que sirven de contrapunto al tener que mantener el secreto ante ellos y el trabajo de agente inmobiliario se convertirá en un divertido recurso para el matrimonio Hammond. La serie, en general, es muy, muy ligera, para tomársela más a coña que en serio, y se ve en nada ya que cada capítulo dura 30 minutos, por lo que es muy posible que la devores si te acaba enganchando. Tómate esta primera temporada como una introducción y exploración de los personajes, además de la puesta a punto para algunos misterios que habrá que resolver en una hipotética segunda temporada.

¿Te llama la atención? ¿Ya la has devorado? Cuéntame qué te ha parecido.


P.D: Sí, aparece Nathan Fillion y es maravilloso.

Irene (@MissSkarsgard)