Por Noemí (Antropóloga en la luna)
"Los residentes de la comunidad de ocupantes ilegales de Christiana, Dinamarca, tienen un ritual navideño en el que se visten con trajes de Santa, toman los juguetes de los grandes almacenes y los distribuyen a los niños en la calle, en parte sólo para que todos puedan disfrutar de las imágenes de los policías cayendo a plomo sobre Santa y arrebatando los juguetes de los lloriqueantes niños".
David Graeber - "Fragmentos de una antropología anarquista".
"No es solo para burlar a nuestros niños que nos entretenemos con la creencia de Papá Noel: su fervor nos reconforta, nos ayuda a autoengañarnos y a creer que, ya que ellos creen en él, un mundo de generosidad sin contrapartes no es absolutamente incompatible con la realidad. Y sin embargo, los hombres mueren: jamás volverán; y todo orden social se aproxima a la muerte: se apodera de algo contra lo cual no da equivalente".
Lévi-Strauss - Tristes Trópicos
"Todavía recuerdo aquello, fue terrorífico, entraron disfrazados, unos cinco, cogieron todo lo que pudieron y se marcharon corriendo, ahora con los años después de enterarme para lo que fue, no me siento mal, me pareció original y humano, ahora se ha convertido en una de mis anécdotas favoritas"
Signe Jensen, comerciante en la calle Pricessgade
El objetivo fue demostrar que el mito de la generosidad sin límites de Santa Claus es imposible dentro de los términos de la sociedad capitalista. Las imágenes de los Santa Claus golpeados y castigados por ser demasiado generosos fue una simbólica e impactante demostración.
La gente detrás de la barba de Santa era el teatro danés Solvognen colectiva ("El carruaje del sol", una alusión a la mitología nórdica). Durante la década de 1970, el colectivo realizó muchas acciones a gran escala destinados a la sociedad danesa burguesa que, decían, "actúan por sí solo como un teatro".
Ante los niños de la beneficencia, Papá Noel fue quemado en el atrio de la Catedral de Dijon
"Papá Noel fue ahorcado ayer en la tarde en las rejas de la catedral de Dijon y quemado públicamente en el atrio. Esta ejecución espectacular se desarrolló en presencia de varios centenares de niños de La Beneficiencia. Fue decidida con el apoyo del clero que había condenado a Papá Noel por usurpador y herético. Lo acusaban de paganizar la fiesta de Navidad, al instalarse en ella como un pájaro cucú invasor. Le reprochaban sobre todo haberse introducido en las escuelas públicas donde el pesebre está escrupulosamente prohibido.
El domingo a las tres de la tarde, el desdichado hombre de barba blanca pagó, como muchos inocentes, una falta de la que eran culpables los que iban a aplaudir su ejecución. El fuego abrasó su barba y se fue desvaneciendo en el humo."
Los grupos religiosos, protestantes y católicos, lanzaron un comunicado:
"En representación de todos los hogares cristianos de la parroquia que quieren luchar contra la mentira, 250 niños, reunidos ante la puerta principal de la catedral de Dijon, quemaron a Papá Noel. No se trataba de una atracción sino de un gesto simbólico.
Papá Noel fue sacrificado en holocausto. En verdad, la mentira no puede despertar en el niño el sentimiento religioso y de ningún modo es un método educativo.
Que otros digan y escriban lo que les parezca y hagan de Papá Noel el contrapeso del Coco. Para nosotros,
los cristianos, la fiesta de Navidad debe seguir siendo la conmemoración del nacimiento del Salvador."
Pero no hubo ningún problema. Como siempre, la magia del Mercado y del Capital, sin duda más supersticiosa y poderosa que la magia religiosa, hizo su aparición, y en el mismo comunicado, se informó también de que:
"Dijon espera la resurrección de Papá Noel, asesinado ayer en el atrio de la catedral. Resucitará esta noche, a las seis, en la alcaldía. Un comunicado oficial ha anunciado que, como cada año, convocaría a los niños en la plaza de la Liberación y les hablaría desde los tejados de la alcaldía mientras se mueve entre las luces de los proyectores. El canónigo Kir, alcalde de Dijon, se habría abstenido de tomar parte en este delicado asunto."
Sin embargo, para darle credibilidad, nos esmeramos en rebuscar analogías de esta creencia en el pasado más remoto. ¿Qué hay del muérdago, el árbol de Navidad, la reciprocidad de los regalos...? Según Lévi-Strauss, "el uso del muérdago no es una sobrevivencia druídica porque volvió a estar de moda en la Edad Media. El árbol de Navidad no está mencionado en ninguna parte antes del siglo XVII, cuando aparece en algunos textos alemanes; pasa a Inglaterra en el siglo XVIII y a Francia en el siglo XIX. El diccionario Littré apenas lo reconoce o lo hace bajo una forma muy diferente de la nuestra". El artículo Navidad lo define así: "en algunos países, una rama de pino o de acebo diversamente adornada y llena de dulces y juegos para los niños, que los disfrutan felices". Lo que está claro es que, por ejemplo, en el caso del origen de este adorno vegetal, éste no hubiera tenido lugar si no fuese por nuestro culto a los árboles en el pasado.
"Se nos había dicho que los Kachina eran seres de otro mundo. Había algunos niños que decían que eso no era así, pero nunca pudimos estar seguros de ello, y la mayoría de nosotros creía lo que nos habían contado. Nuestros propios padres y nuestros mayores habían intentado hacemos creer que los Kachinas eran seres poderosos, que algunos eran buenos y otros malos, y que conocían nuestros más íntimos pensamientos y actos. (...) El ogro Kachina, el Soyoku, venía todos los años y amenazaba con llevamos lejos; se nos había dicho que el día de la iniciación tendríamos que vérnoslas con esas criaturas espantosas y con muchas otras. (...) Cuatro días antes del Powamu nuestros padres y madres ceremoniales nos llevaron a Court Kiva (...) nos incitaron a ofrecer maíz sagrado a los Kachinas y, tan pronto como lo hicimos, comenzaron a golpearnos con sus azotes de yuca. A mí me golpearon tan fuerte que defequé y me oriné encima, mientras sentía cómo los cortes de los latigazos se formaban en mi espalda y creía sangrar abundantemente. Me golpeó cuatro veces, la última vez me dio sobre la pierna y cuando el látigo comenzó de nuevo a golpear, mi padre ceremonial me arrastró hacia sí cogiéndome por la espalda y comenzó a pegarme. 'Éste es un buen chico, señor mayor', le dijo al Kachina, 'ya le has golpeado lo suficiente'. Muchos días duraron las heridas en mi espalda, y tuve que dormir de costado hasta que las cicatrices sanaron.
Después de los azotes nos ataron al pelo una pequeña pluma sagrada, y nos dijeron que no comiéramos carne o sal. Cuatro días después fuimos a ver la ceremonia Powamu en el kiva. (...) En esta danza vimos que los Machina eran en realidad nuestros propios padres, tíos y hermanos. Esto hizo que me sintiera extraño. Sentía algo así como que todos mis parientes eran responsables de los azotes que habíamos recibido. (...). Me sentía defraudado y maltratado"
Edward Dozier - Antropólogo estadounidense de etnia Santa Clara
Quizás, visto así, en nada se parecen al bonachón Papa Noel, pero en realidad, los Kachina eran parte imprescindible del rito de paso de un adolescente a la adultez. Conociendo el secreto de que los kachina eran, en realidad, los padres, se separarían para siempre del mundo de los niños, y ahora serían incluidos en situaciones de las que previamente habían sido excluidos.
De esta manera le habló un hopi a la antropóloga Dorothy Eggan "no hablaré de este asunto con usted, pues sólo le diría que uno no puede olvidado. Es la cosa más maravillosa que cualquier hombre pueda recordar. Es entonces cuando sabes que eres un hopi. Es la única cosa que los blancos no pueden tener, la única cosa que no pueden quitamos. Es el modo de vida que se nos dio cuando comenzó el mundo".
Creo que podemos hacernos una idea si recordamos el momento en el que nos confesaban o descubríamos el mismo secreto de la Navidad occidental.
La Iglesia, por su parte, ha pasado a ver esta manera de entregar los regalos como un buen ejemplo de caridad. David Graeber explica que: "la verdadera caridad es anónima: en otras palabras, pensada para no poner a quien la recibe en una situación de deuda. La figura de Santa Claus o San Nicolás (que, recordémoslo, no sólo era santo patrón de los niños, sino también de los ladrones) aparece como un ladrón benevolente, con el que no es posible relación alguna y al que, por tanto, nadie puede deber nada".
Mientras que nosotros seguimos queriendo creer en una generosidad e inmortalidad infantil e inocente, sin límites, Papa Noël sigue consumiéndose por nosotros, pero no en la cárcel ni en las brasas, sino en la esclavitud de la deuda consumista.
Fuentes:
https://www.youtube.com/watch?v=y1cvCVgv47Q
http://beautifultrouble.org/case/santa-claus-army/
http://revistamito.com/papa-noel-titere-del-consumismo/
http://www.bdigital.unal.edu.co/19317/1/15285-46412-1-PB.pdf ("Papa Noel en la pira", Claude Lévi-Strauss)
"La transmisión de la cultura" de George D. Spindler.
Noemí (Antropóloga en la luna)