Esta particularidad hizo que su devoción fuera señalada fuera de las 11.000, y sus reliquias (supuestas) fueran veneradas en diversos sitios. En el siglo XIV una parte insigne de ellas fue trasladada a Tortosa de España que, junto a otra de las 11.000, llamada Cándida, celebraba como memoria propia de la diócesis. La basílica de la Merced de Barcelona igualmente venera reliquias de Córdula.
En el breviario carmelitano del siglo XVI formaba parte de los santos propios, y Santa Teresa de Jesús hace mención de ella: "No ha de pensar la priora que conoce luego las almas. Deje esto para Dios, que es solo quien puede entenderlo; sino procure llevar a cada una por donde Su Majestad la lleva, presupuesto que no falta en la obediencia ni en las cosas de la Regla y Constitución más esenciales. No dejó de ser santa y mártir aquella virgen que se escondió, de las once mil, antes por ventura padeció más que las demás vírgenes en venirse después sola a ofrecer al martirio". (Fundaciones 18, 9). La usa como ejemplo avisando a las prioras de que no hay que juzgar muy deprisa las disposiciones de cada una de las monjas para cumplir la Regla.
A 22 de octubre además se celebra a San Walfroy, estilita.