Las bicicletas que se utilizan en cualquier ruta de campo a través tienen que cumplir una condición “sine qua non”: han de ser duras y resistentes. Si no atesoraran esa característica, las personas que las utilizan verían peligrar su seguridad y empeorar considerablemente sus resultados. Pero estos modelos deben ser además versátiles y disponer de una suspensión que permita la absorción de la mayor parte de los golpes, así como una transmisión que funcione como la seda. Pues bien, todos estos preceptos los cumple la Santa Cruz Superlight RXC 29, una muy destacada bicicleta con las que se puede obtener una experiencia satisfactoria en el uso desde en la montaña hasta en los senderos de tierra, por ejemplo.
El centro neurálgico de esta bicicleta es un cuadro fabricado en aluminio cuya concepción hidroformada aumenta claramente su vida útil y hace realmente difícil que se quiebre. Su geometría es claramente de carreras, con un tubo de dirección corto y el del sillín alargado, lo cual invita a adoptar una postura que garantice el máximo rendimiento. Si le añadimos su tubo inferior, se puede decir que con ella se consigue el equilibrio necesario para afrontar con plenas garantías desde las más sinuosas ascensiones hasta los más complejos descensos de XC. Todos sus tubos tienen formas ovaladas, salvo el basculante, al que se le ha dotado de una cuadrada para incrementar el espacio el paso de ruedas.
Especificaciones técnicas
Los componentes que atesora confirman que es una bici sencilla. Pero ojo, premeditadamente sencilla. La firma Santa Cruz ha fabricado esta bicicleta de esta forma para seguir una particular filosofía. Sus especificaciones son las siguientes:
Cadena: KMC X10 10spd.
Frenos: Avid Elixir.
Manillar: Raceface Ride Flat Bar 710mm.
Potencia: Raceface Ride 70mm or 80mm.
Ruedas: WTB ST i19 TCS.