Su interés turístico radica básicamente en su entorno natural protagonizado por el Parque Natural de Despeñaperros.
En el conjunto de su casco urbano, la edificación más destacada es su Iglesia Parroquial. Se trata de un templo levantado a finales del siglo XVIII según los cánones típicos de las nuevas poblaciones que se crearon en la época.
También llaman la atención otras edificaciones como el Pósito de Labradores, el monumento a Carlos III y el monumento a la Batalla de las Navas de Tolosa que tuvo lugar cerca de aquí.
Dentro del parque destacan lugares como el Abrigo de los Órganos, donde, entre pinares, alcornoques, encinas y otras especias vegetales, se pueden contemplar pinturas rupestres.
El Empedraíllo es un lugar en el que existen restos de una calzada romana.
El Quejigal del Collado de los Jardines es el hábitat de numerosas y diferentes especies animales y vegetales.
Por una senda forestal que parte del Centro de Interpretación de la Naturaleza del Parque Natural de Despeñaderos, se puede llegar a las ruinas del Castillo de Ferral.