He pasado por Biescas cantidad de veces para adentrarme en el Valle de Tena, y siempre había visto un desvío hacia la ermita de Santa Elena, pero nunca había tenido tiempo para hacer una visita.
Hoy domingo por fin hemos tenido una tarde libre por esta zona y nos hemos desviado para conocer el gran patrimonio que se escondía tras este desvío en la carretera:
Lo primero que hemos visto ha sido el dólmen de Santa Elena, que data de hace 5000 años (aunque el que vemos fué reconstruido en el 1975)
Después de la visita del dolmen, hemos retrocedido con el coche siguiendo indicaciones hacia un camino adaptado para silla de ruedas. Esta bonita senda discurre a orillas de un rio y es apta para todos los públicos.
A continuación, otra vez nos hemos movido con el coche para investigar los bunkers y los restos del cinturón Pirenaico que se construyeron durante el franquismo para protegerse de posibles ataques franceses
Después de cruzar los oscuros bunkers y leer los paneles informativos nos damos cuenta que existe una Vía Ferrata que termina junto a la ermita de Santa Elena.
La ferrata tiene una dificultad de K1, es decir, de iniciación y apta para niños.
El problema es que en el coche solo tengo arnés y disipador homologado para una persona, así que se lo dejo a Vane y yo me fabrico un arnés con una cinta plana y unas bagas de anclaje sin disipación.
ATENCIÓN lectores, no hacer esto nunca ya que significa que ante una caída estaría desprotegido totalmente, es como hacer la ferrata "a pelo".Yo estoy dispuesto a asumir los riesgos, he hecho bastantes ferratas de todos los niveles y sé lo que me voy a encontrar.
La ferrata en si no tiene ningún aliciente más que el bonito entorno en el que se encuentra, el congosto de Santa Elena.
La ruta está totalmente equipada incluso con instalaciones de rápeles, por lo que me ha parecido un sitio ideal para practicar estas técnicas.
Al final de la corta ferrata, a mano izquierda llegamos a la bella ermita de Santa Elena:
El templo está construido junto a una cueva desde la que brota un manantial llamado "La Gloriosa" y con aguas supuestamente milagrosas. Yo por si acaso bebí para ver si sucedía algún milagro ;-)
Pero lo mejor de este lugar lo encontramos bajando unas escaleras que nos conducirían a una cascada espectacular:
La roca por la que brota el agua es un travertino recubierto de musgo con unos colores preciosos
Puedes introducirte por la parte de detrás de la cascada y remojarte un poco como hice yo para refrescarme
En definitiva, la ferrata no tiene gran interés, pero la zona bien merece una visita por la cantidad de patrimonio existente.
Ranking personal de ferratas realizadas: