Santa Eusebia-Hospedes de Milasa

Por Santos1
Para esta breve reseña tomaré datos de dos obras, la primera es "Jardim Carmelitano", obra portuguesa del prestigioso carmelita Fr. Esteban de San Ángelo O.Carm, escrita en 1741. La segunda, es la "BIBLIOTHECA HAGIOGRAPHICA GRAECA" (podéis ver un índice si pincháis en el hipervínculo), en su edición de 1909.

Santa Eusebia (Hospedes) o Xenia de Milasa, abadesa. 23 ó 24 de enero.
A esta santa los griegos la conocen como Xenia, mientras que a Occidente el nombre quedó como Eusebia, y es este el nombre que usaremos. 
Nació Eusebia en Roma, de familia notable y cristiana, pues su padre, Eusebio, era senador romano. Fue una niña notable en la piedad y la belleza física. Cuando llegó a la juventud, queriendo sus padres casarla, como había prometido virginidad a Cristo, decidió huir de casa en busca de la soledad, la contemplación y la penitencia. Una noche, junto a dos doncellas que también querían ser esposas de Cristo se cortaron los cabellos, se vistieron de hombres, y huyeron a Alejandría, en Egipto, donde proliferaban los eremitas y cenobitas.
Llegadas al desierto hallaron un viejo eremita del orden "eliano", que había sido abad del monasterio de San Andrés de Milasa, y sin descubrir su verdadero sexo, Eusebia le dijo se llamaba Hospedes y le pidieron les instruyera en la vida monástica. El anciano, creyendo eran tres chicos, les pidió le acompañasen a Milasa, su ciudad natal, en la región de Caria (en la actual Turquía), donde al llegar Eusebia se reveló al ermitaño como mujer, diciéndole su verdadero nombre. Juntos fundaron el monasterio "San Esteban" para Eusebia y sus compañeras, a las que pronto se unieron otras, quedando Eusebia como abadesa. 
Vivió muchos años dando ejemplo de penitencia y caridad. Solo se alimentaba de pan y agua, llegando muchas veces a estar una semana entera sin probar nada, absorta en la oración. Exhortaba a las religiosas a vivir en unión, caridad y paciencia unas con otras. Además de la contemplación, dedicó grandes esfuerzos a la caridad, a la conversión de los pecadores y la predicación a los paganos. Fue ordenada de diaconisa por el obispo. En 331, llegado el momento de la muerte, expiró dulcemente, y los monjes del vecino monasterio "carmelita" vieron en el cielo una cruz rodeada de estrellas brillantísimas. 
Pongo su reseña aquí por hallarse mencionada ocasionalmente entre tantas otras santas "carmelitas", pero la Orden nunca ha celebrado su memoria, ni se le ve representada en apoteósis o sinaxys de santos carmelitas.