Este efecto especular del poder politico latinoamericano, recuerda esa idea hegeliana del fin de los ciclos de la historia, entendida esta como un destino manifiesto en lo universal subjetivo. La figura del poder, tan eminentemente humana, atraviesa gran parte del argumento de esta novela y tiene relación directa con el destino general que va más allá de lo político y abarca lo humano en todos sus sentidos. Eva Duarte de Perón, la protagonista principal, junto a los otros dos personajes, no menos relevantes: laenfermedad y la muerte, exhibe lo contingente de la condicion humana, que obliga a aquellos hombres y mujeres, deleitados con las mieles del poder, a imponerse ante las vicisitudes del momento para perpetuar su paso como figuras de relevancia, en este mundo de traidores que tan rápidamente olvida. En un magistral fragmento de la novela, Eva Perón, ya en su lecho de desahuciada, toma la mano al general Juan Domingo Perón, su esposo, y le dice que hay una sola cosa que no le perdonará tras su muerte: ―¿Que me case de nuevo?― le pregunta Perón, medio en serio medio en broma. Evita le responde con cierto desdén, advirtiéndole que eso será lo mejor que puede hacer el caudillo, ya que así sabrá lo que ha perdido. Y enseguida aclara: ―Lo que no quiero es que la gente me olvide, Juan―le advierte con una angustia implicita en su discurso, no manifiesta, pero que evidentemente intuimos―. No dejés que me olviden. Perón la tranquiliza diciéndole que ya todo está arreglado. Ella le repite lo mismo, en tono incrédulo, como si no quisiera convencerse de la certeza de su propia existencia y su más pronta finitud.
Este efecto especular del poder politico latinoamericano, recuerda esa idea hegeliana del fin de los ciclos de la historia, entendida esta como un destino manifiesto en lo universal subjetivo. La figura del poder, tan eminentemente humana, atraviesa gran parte del argumento de esta novela y tiene relación directa con el destino general que va más allá de lo político y abarca lo humano en todos sus sentidos. Eva Duarte de Perón, la protagonista principal, junto a los otros dos personajes, no menos relevantes: laenfermedad y la muerte, exhibe lo contingente de la condicion humana, que obliga a aquellos hombres y mujeres, deleitados con las mieles del poder, a imponerse ante las vicisitudes del momento para perpetuar su paso como figuras de relevancia, en este mundo de traidores que tan rápidamente olvida. En un magistral fragmento de la novela, Eva Perón, ya en su lecho de desahuciada, toma la mano al general Juan Domingo Perón, su esposo, y le dice que hay una sola cosa que no le perdonará tras su muerte: ―¿Que me case de nuevo?― le pregunta Perón, medio en serio medio en broma. Evita le responde con cierto desdén, advirtiéndole que eso será lo mejor que puede hacer el caudillo, ya que así sabrá lo que ha perdido. Y enseguida aclara: ―Lo que no quiero es que la gente me olvide, Juan―le advierte con una angustia implicita en su discurso, no manifiesta, pero que evidentemente intuimos―. No dejés que me olviden. Perón la tranquiliza diciéndole que ya todo está arreglado. Ella le repite lo mismo, en tono incrédulo, como si no quisiera convencerse de la certeza de su propia existencia y su más pronta finitud.