Enviudó joven y al ser sus hijos mayores de edad, construyó un monasterio en el que llevó vida de penitencia, oración y caridad, siguiendo la Regla de San Benito. Una leyenda cuenta que un día una cierva se refugió a sus pies, huyendo de un cazador. Ida falleció en 825. Sus reliquias aún muy veneradas están en Herzfeld. En 980 se pusieron al culto público, lo cual equivale a lo que hoy es una canonización. Se le venera como patrona de las mujeres embarazadas.
Suele confundírsele con Santa Ida de Toggenburg (3 de noviembre) pues la iconografía de ambas coincide en muchas cosas: corona, vestiduras nobles o hábito monacal. Para diferenciarlas es importante ver que nuestra Ida de Herzfeld a veces porta una maqueta de iglesia, y un báculo; mientras que la de Toggenburg es acompañada por un cuervo. En cuanto al ciervo, la señal para diferenciar una de otra, es que el ciervo de Ida de Toggenburg lleva llamas en las astas, y de nuestra santa no.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo X. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 4 de septiembre además se celebra a
Santa Hermione de Éfeso, virgen y mártir.
Santa Iris de Gerápolis, virgen.