Santander y sus fuentes

Por Dapalo

En 1885 se produjo una de las últimas epidemias de cólera del siglo, antes había habido otras dos en 1834 y 1854. En realidad fue la menos grave de las tres.
En ella entre los lugares más afectados de la ciudad estuvieron los barrios de Tetuán, Miranda y también el de San Martín.
La mortalidad de esta epidemia en la ciudad se cifró en 189 personas, ellas 44 entre los tres barrios, lo cual era un número muy elevado en relación a su población.
Los vertidos realizados por casas y fábricas habían contaminado definitivamente las aguas subterráneas.
La contaminación de la fuente de Molnedo (ya conocemos los problemas de alcantarillado que padecía Tetuán) que servía para obtener agua a San Martín y a Tetuán, fue interpretada como el origen de la epidemia:
Reunía las aguas procedentes de una galería practicada en el fondo de la cañada de Molnedo que desde el lavadero de los Llanos baja hasta la fuente del Obispo; a treinta metros de allí recibe las aguas que bajan de otra galería transversal, y en la calle de Tetuán las de la galería de Pedro Pérez.
Todas vienen al depósito de Molnedo que alimenta la fuente de los Diez Caños (es el nombre que recibe la fuente de Molnedo, situada al principio de la calle), la aguada del puerto, la fuente del Martillo y la del Príncipe.
Estaba expuesta a contaminarse en sus galerías, ya con productos del alcantarillado, ya con aguas sucias del lavadero de los Llanos; tanto estas como aquellas pueden ser, y son, en gran número portadores de gérmenes morbosos.
La muerte y la enfermedad estuvieron presentes en la vida de los primeros habitantes del espacio urbano de Tetuán y San Martín.
En 1 869 el 44 % de las personas son menores de 20 años y no llegan a un 4 % los que superan los 60.
Esta juventud está en relación con el origen de la población del barrio, debido en gran medida a la llegada de inmigrantes.

CANTABRIA Y SANTANDER EN EL RECUERDO