El juvenil es una de las mayores promesas del fútbol paraguayo
Argentina y Paraguay han tenido una estrecha relación desde hace años. Los guaraníes han sabido aprovechar a nuestro fútbol como una vidriera de lanzamiento a Europa. Pero en los últimos años, una particularidad ha caracterizado a las transferencias entre estos dos países: en su mayoría, quienes han llegado han sido delanteros.
El reciente arribo de Federico Santander a Racing prolonga una lista integrada por otros puntas como Santiago Salcedo, “Tacuara” Cardozo, Jorge Achucarro y Néstor Bareiro. Más allá de que la historia del fútbol local esté marcada por los 293 goles de otro paraguayo como Arsenio Erico, ni más ni menos que el mayor goleador de la historia, esta tendencia ha crecido en el último tiempo.
Dueños de un buen porte y una gran aptitud para cabecear, con un buen porte y generalmente gran altura, los paraguayos terminan siendo una alternativa económica para los equipos que están en busca de un centrodelantero.
Santander, de 20 años, lleva el mote de “Ropero” (mide 1,87) y es una de las mayores promesas del fútbol paraguayo. Llega proveniente de Guaraní, club en el que debutó y jugó el último año, previo paso por el Toulouse francés.
También fue figura del Paraguay Sub 20 en el último Sudamericano en Venezuela, donde convirtió 4 goles y clasificó a su equipo al Mundial de Egipto.
El oriundo de San Lorenzo sabe que tendrá que pelear por su lugar junto con Teófilo Gutierrez, Gabriel Hauche y Pablo Caballero, pero igualmente se entusiasma:
“Basile me preguntó si quería venir y le dije que con todo gusto. Fue bueno hablar con un técnico tan importante, con pasado de Selección. Me comentó que está armando un equipo para ser campeón”