En 1887, se instala en París donde aprende de dos artistas de gran renombre, Puvis de Chavannes y Carrière. En aquellos años conoce a Zuloaga, que despierta en él una admiración hacia El Greco, en esos años más que olvidado. Junto a Zuloaga, visitó Italia, Barcelona, Granada, en esta última pintó su primer jardín.
Rusiñol fundó el "Cau Ferrat" donde colocó los Greco comprados por Francia. En 1890 sacó su vena más literaria componiendo multitud de obras literarias. Muchos consideran a Rusiñol el alma del Modernismo Catalán. Murió en Aranjuez en 1931.