Todos los años visito la localidad de Santo Domingo de Silos para escuchar vísperas a los monjes benedictinos. Sin duda el mejor canto gregoriano que se puede oír en todo el mundo. Siempre con mi cámara a cuestas hago unas pocas fotos que casi nunca publico porque siempre son parecidas, pero en esta ocasión también estuvo mi hijo y entre los dos puede quedar un bonito recuerdo de que ambos estudiamos en el mismo colegio, la Obra Diocesana Santo Domingo de Silos de Zaragoza.
Hasta aquí las mías, ahora la visión de mi hijo.