Santutxu Pintxotan 2015: Zona A

Por Theblackcity @Theblackcity
Antes de meternos de lleno en el recorrido de la zona A de Santutxu Pintxotan queria poneros un poco en antecedentes: unos 43.000 habitantes, unos cuantos (bastantes) bares y un proyecto que nació el año pasado para apoyar esa unión y ese empuje que les caracteriza a los santutxutarras. Esta vez, hasta el 17 de mayo podréis disfrutar de grandes maravillas gastronómicas en pequeño tamaño.
Agradecer a Eneko, Ángel y David (y su equipo) que hayan vuelto a contar conmigo como parte del jurado de Santutxu PIntxotan y que nos acompañaran en parte del recorrido; y a mi compi de grupo, el Pitxiflú verde con el que me reí mucho, y fue un muy agradable compañero de ruta A, y con el que fui compartiendo anécdotas, buenos pintxos y zuritos disfrazados de cañas.
www.santutxupintxotan.com
#STXpintxotan15
1. SARIMA: "Ferreiro Rocher"Empezamos la ruta por la frontera entre Begoña y Santutxu, en el bar Sarima, que propone una versión del bombón de la Preysler, a base de queso, almendras y un fantástico membrillo casero. La pobre camarera se quedó algo sorprendida al vernos, una vez que supo que éramos del jurado, ya se quedó más tranquila, ¡no mordemos, sólo a los pintxos! ;) 

2. IRU: "Granja"Llegamos al segundo bar de nuestra zona, aunque se llame Iru. Allí, nos prepararon el pintxo al momento, una pareja encantadora tras la barra, que nos contó cómo tenían algunos pintxos hechos con habanero, se nos iba haciendo la boca agua. Y llegó la "granja", una tartaleta de hojaldre con unas mollejitas de cordero, verduritas, huevo de codorniz y ese toque de trufa delicioso. 

3. EL RANCHO: "Revuelto otoñal"Tercer visita, esta vez en un bar que a mi querido compañero Pitxiflú le sonaba, de batallas de juventud (risas&risas de ambos). Esperamos fuera, mientras nos preparaban el Revuelto otoñal, que según nos lo sirvieron, un agradable aroma a lima nos hizo sonreír. "Le damos este toque fresco" nos comentó el simpático camarero. ¿EL resto? probadlo, lo de los hongos a mi, me priva. 

4. EL ITALIANO: "Zuriñefusión"Este pintxo, inspirado en Zuriñe, la hija de Amaia, la artista que ha dado vida a este original pintxo. A veces, tras algo tan pequeño hay una historia muy grande, y detrás de éste, hay muchas horas dándole vueltas a esa salsa de comino, mucho tiempo buscando las palomitas de trigo que las trae por encargo, y algo que ella borda: las carrilleras. Y si vais de noche, pedid uno de sus cócteles, seguro que repetís. 

5.KARLOS: "Teja de la huerta"En una pequeña plaza se esconde el restaurante Karlos, donde su barra de marisco y pulpo impresiona. Pedimos nuestro quinto zurito (NOTA: si queréis una caña, pedid un zurito, si queréis un zurito, pedid uno muy cortito, en Santutxu las dimensiones son multiplicadas por 100!), y pedimos el pintxo de concurso. Un pintxo con una sorprendente teja con sabor a ajo y un rollito de calabacín, morcilla, langostino y almendra. 

6. LA JARRITA HELÁ: "Bacalao a la romana un poco marrana"Aquí es cuando nos entró el ataque de risa con el hombrecito. He de decir, que este año, además de que el nivel de calidad, presentación y entusiasmo es mayor, el humor también lo es. Y se agradece el buen rollo de los hosteleros de Santutxu. En la Jarrita Helá, nos comimos el pintxo con la mano, por eso de ver cuanto de "marranos" nos poníamos.

7. OTSO: "Suhi vasco"¿Quién dijo que la fusión no estaba presente en el concurso? Otso se lanza con su propuesta vasco-asiática con una versión de sushi, con grandes ingredientes, como el txipirón, el pimiento rojo y la parte oriental con el arroz. 

8. ADISKIDE: "Olagarro"Yo en Adiskide, ya me tuve que pasar al agua… ¡pero qué tamaño de zuritos! Y además d e pasarme al agua, tuve que pedirle a Susana, que me dejase enchufar el móvil, que mi pobre aifon estaba ya en las últimas. Allí disfrutamos de un pintxo de pulpo, acompañado de unas patatitas con aceite de oliva y pimentón de la Vera. 

9. RIVAS: "Milhojas de boquerón"Último bar de nuestra ruta, y el Pitxiflú verde y yo, nos sentamos en una de las mesas del bar Rivas, el camarero, muy atento y amable, nos pidió un momento, ya que iba a prepararlo al momento. Un pintxo fresco, con ese toque del boquerón en vinagre, perfectamente equilibrado en sabor. Estaba claro, que era hecho en casa, con ese cariño de las cosas bien hechas.