La historia nos sitúa en Dublín en mayo de 1974, cuando Olafur estaba recién incorporado a la Real Policía del Ulster. Me ha encantado volver con este personaje tan carismático y con su compañero y amigo Connor Murphy a una ciudad que me enamoró cuando la visité en 2011 y recorrer con él los pubs de Temple Bar, cruzar el Liffey o tomar una pinta. Pero en Irlanda, en esa época, hay poco tiempo para estas cosas. El conflicto entre católicos y protestantes, republicanos y unionistas, ha convertido el país en un polvorín, un escenario en el que los atentados, los asesinatos, los coches-bomba están, por desgracia, a la orden del día. Precisamente, junto con Ólafur seremos testigos de un sangriento, trágico y brutal episodio que a él lo marcará para siempre y a nosotros se nos quedará grabado en la retina porque, una vez más, César Pérez Gellida no nos narra sus historias, nos las muestra con un magistral lenguaje cinematográfico del que nunca nos cansamos y siempre queremos más. Ya sea en las tres novelas, en una gran extensión, o en las distancias cortas de estos pequeños relatos que nos dejan con ganas de mucho más el autor vallisoletano siempre consigue sorprendernos y hacernos disfrutar muchísimo con estos personajes que forman ya parte de nosotros.
El libro es tan corto que no quiero desvelaros nada más. Pero sí quiero recomendaros esta historia que se lee en menos de media hora y se disfruta muchísimo. ¿Y vosotros, os atrevéis a saber? Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.