Vamos a preparar unos saquitos de hojaldre con un relleno realmente sabroso, con unos langostinos cocidos, unas setas, sucedáneo de gulas, un poco de ajo y una guindilla.
Un relleno muy sencillo, pero os va a sorprender mucho su sabor.
Y para un aperitivo como éste... qué mejor que acompañarlo con un excelente Albariño! Un Lambonada de Agro de Bazán .
A ver que os parece.
La foto del bocado no puede faltar!!! mmmmmmmmmmmmmmmmm.....
Ingredientes para 8 saquitos:
- 1 lámina de hojaldre
- 2 setas grandes
- 2 dientes de ajo
- 1 guindilla
- 10 langostinos cocidos
- Gulas
Freímos en una sartén con un poco de aceite de oliva las setas picadas:
Cuando estén doradas añadimos el ajo laminado:
Cuando los ajos doren, añadimos las anguriñas:
Reservamos el frito dejando que se temple.
Con una tapadera de un tupper, cortamos el hojaldre, en forma redonda para poder hacer los saquitos:
Ponemos en el centro un poco del frito:
Y un langostino cocido dentro:
Cerramos el saquito:
Y lo ponemos en una bandeja de horno pincelado con huevo batido:
Podéis cerrar los saquitos con hilo para cocina, así os aseguráis que no abre demasiado el hojaldre. A mi no me hizo falta porque apreté bien el hojaldre, pero por si acaso, el hilo de cocina es muy buena opción:
Los metemos al horno hasta que dore el hojaldre:
Y poco más que contar.... acompañadlo con un buen vino blanco
Y éste aperitivo tenía que tener un buen vino como acompañamiento. He decidido probar un
Albariño Lambonada, que significa en gallego dulce.. goloso.
Este vino semi-dulce tiene un toque de limón con un paso por boca muy afrutado, glicérico y con chispeante acidez.
En el otoño de 2011, los pequeños racimos de uva albariña se vendimiaron 5 semanas más tarde que los empleados para elaborar el
Granbazán, allá por la segunda quincena de octubre.
Aprovechando estas 5 semanas de inusual buen tiempo en estas latitudes, los racimos siguieron el proceso de maduración, y comenzaron una sutil deshidrataron.
De este modo, las uvas, ligeramente deshidratadas, y con un tamaño anormalmente pequeño, hicieron posible que la concentración de azúcares creciera sin por ello bajar la fresca y distintiva acidez de nuestros vinos, logrando, una equilibrada sensación en boca.
Un vino espectacular, hay que servirlo sobre los 12º C. Un auténtico lujo de sabor, perfecto para tomarlo solo... o acompañado.
Tenéis que probarlo.