Sara Giménez, de Ciudadanos, quiere proteger al colectivo LGTBI. ¿Pero quien nos protege a nosotros del colectivo LGTBI?

Publicado el 22 abril 2019 por Mike Sala @mikesala65
Como ya publiqué en un artículo anterior  , la ideología de género se mantiene en primer plano de actualidad porque vive del dinero público cuyas aportaciones son mucho más cuantiosas que las de ciertos intereses privados. Pero los recursos de los contribuyentes no constituyen la única herramienta de la que se vale esta ideología aberrante y liberticida. La victimización y la creación de culpables a los que linchar en los medios es otra de las estrategias que los ideólogos y sus secuaces manejan a la perfección, como hicieron más de un siglo atrás los movimientos socialistas y comunistas que pugnaban por romper el poco elevado techo de aceptación social que tenían durante su primera época de existencia.
Hoy, el movimiento LGTBI, que aglutina oficial y oficiosamente a toda una serie de grupos que asumen definiciones que van desde gays, lesbianas, pasando por todas las nuevas identidades sexuales que unos y otros, contando con el respaldo explícito de organismos oficiales nacionales e internacionales como la ONU, han ido inventando sobre la marcha, hasta los que pugnan ahora más quenunca por legalizar la pedofiliabajo el eufemismo “relaciones intergeneracionales”, y acabando por los defensores de “normalizar” la zoofilia”, está recurriendo constantemente a ser víctima por encima de todo. Víctima del machismo, del heteropatriarcado, del fascismo, de la religión y de cualquiera que se atreva a criticar a la propia ideología de género.
Así que los políticos de la gran mayoría de los partidos, incluyendo a alguno de los que eran hasta hace un tiempo tenidos por conservadores, aceptaron la ideología de género y comenzaron a defenderla, unos promoviendo leyes, y otros poniéndose de perfil y votando a favor de los primeros al momento de aprobarlas.
En esta campaña electoral para las Elecciones Generales de 2019 la ideología de género y su circo de payasos psicóticos no está ocupando un puesto demasiado visible en el argumentario y las declaraciones en cascada de los diferentes partidos y sus líderes. El golpe de estado en Cataluña, El coco comeniños que para la izquierda supone esa “llegada de la extrema derecha” y la mala situación económica que el Doctor Sánchezstein heredó del traidor Rajoy y que se ha encargado de empeorar visiblemente en los meses que lleva subido al Falcon son algunos de los argumentos estrella. Pero en este río revuelto de demagogia política y memoria de pez del electorado no es difícil pescar algunos detalles que nos indican cómo todos, o la mayoría de partidos, aunque con matices, defienden las líneas maestras de un plan social liberticida que trata de desestructurar una ya enferma sociedad de la que, cualquier día de éstos, se convertirá definitivamente en la escombrera moral y ética que a los que gustan de vivir mejor entre lo peor de la condición humana.
En el caso de hoy, la candidata de Ciudadanos al Congreso por Madrid ha declarado que hay que proteger al colectivo LGTBI. Es la misma palabrería que Podemos, PSOE y PP. De momento Vox no parece haber caído en esa trampa; pero ya se verá si es distinto cuando toque poder.
La candidata de Ciudadanos, como los otros políticos, habla de proteger, pero no ha especificado mucho contra qué o quiénes. Los argumentos son siempre los mismos. Segregación, persecución y violencia contra éste colectivo. Pero la realidad, es que quienes sufrimos segregación, persecución y violencia somos precisamente quienes no bajamos la cabeza ni ante sus delirantes argumentos ni ante sus amenazas.
En mi opinión, la gente que no presume todo el día ni de su condición sexual ni de sus deseos aberrantes, la gente que no admite que a sus hijos se les aleccione desde niños para que sean homosexuales, o lesbianas, o abortistas, o pedófilos, o zoofílicos, o perturbados que se mutilan miembros para negar su condición humana, la gente que no recibe ayudas necesarias de las instituciones porque esas ayudas se destinan a financiar operaciones de cambio de sexo, es la gente que debería ser protegida del cada vez más invasivo colectivo LGTBI.
Si hay algún partido político que quiera definirse como honrado y cabal, debería tener todo eso en cuenta en su ideario. Ciudadanos no lo tiene, y eso le coloca a la misma escasa altura moral y ética del resto de partidos.
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