Bajo una óptica muy colorista, la artista crea una serie de pinturas titulada "Wilderness Of Kitsch" que tienen personalidad propia y que son fruto de su obsesión por el color. Y ello, le ha llevado hacia una exploración técnica y artística de una serie de temáticas que evocan ante todo, diversión.
Según Graham, el proceso creativo que sigue, es más un acto visceral que intelectual. Ella no intenta transmitir un mensaje determinado a través de sus obras, sino que explora sobre una estética basada en temas como la dulzura y la diversión, evocando en sus cuadros, cierta sensación de nostalgia por los momentos más felices de la infancia.
Y, ¿cómo hace esta maravilla de retratos? Primero realiza una foto a algo que le produzca esa tentación por pintar algo colorista. Y segundo, reproducir el retrato mediante acrílicos en un lienzo. Los resultados: obras espectaculares, intensas y llenas de color, de grandes contrastes y que permiten recrear un mundo de miniatura donde el foto-realismo está presente, llegando incluso a ese punto kitsch que, sorprendentemente, llega a gustarnos.