Resulta que mi cuñada Flori me dijo hace poco que las sardinas parrochas quedan muy buenas en vinagre, como los boquerones, y que cunden bastante al ser más grandes, así que no tenía más remedio que probarlas. Y, efectivamente, tiene toda la razón. Aquí están, Flori, muchas gracias por esta exquisita receta, sé que te encantará verla.
INGREDIENTES
-medio kilo de sardinas parrochas (si son más grandecitas no importa)
-vinagre común
-dos dientes de ajo
-perejil picado
-aceite de oliva y sal
PREPARACIÓN
Lavamos muy bien las sardinas bajo el grifo, las limpiamos de cabeza y tripas y con las uñas les quitamos bien las escamas. Esto último lo haremos en una cazuela con algo de agua para evitar que las escamas vayan al fregadero que luego se atranca. El agua con las escamas hay que tirarlas por el inodoro.
A continuación, las abrimos con el pulgar, quitamos la raspa y separamos los dos filetes. Ya lo he explicado en alguna ocasión, pero por si acaso aquí va como se abren las sardinas en filetes:
Las ponemos en una cazuela o bol cubiertas de vinagre común y con un puñado de sal. (yo los boquerones los tengo primero un rato en agua con sal y luego solo en el vinagre, pero así han quedado estupendas)
Lo dejamos así unas cuatro o cinco horas. Pasado este tiempo las lavamos bajo el grifo para quitar el exceso de vinagre y ponerlas sobre dos papeles absorbentes para que se sequen un poco. Ponerlas en una fuente y ponerles ajo picado, perejil picado y poner aceite de oliva. Son buenísimas para cenar. Bien fácil y más barato que con boquerones, ya veis.