Cuando cocinamos resulta muy molesto que se peguen los alimentos a la sartén.
Para evitarlos hay que poner la sartén al fuego con un puñado de sal marina gruesa hasta que ésta empiece a saltar y a oscurecerse. Después, retirar del fuego y limpiar con un papel de cocina untado en un poco de aceite.
Este truco le hemos probado hoy en la Escuela y es genial. Teníamos sartenes muy antiguas y, al llevar tiempo sin usarse ha sido necesario realizar la operación varias veces, pero funciona.
Paso a paso:
1.- Añadimos sal gorda a la sartén