El reverso de tus ojos dice la verdad mientras tus labios mienten palabras difuminadas. Sabes quien eres y aún así te sientas en el trono del orbe. Ahuyentas el aire puro al pasar, y ahuyentas el sueño, contemplas tu imagen en los charcos de la guerra, narciso obsceno y deforme.¡Rey del mundo, diablo blasfemo!Trinchas la carne del pobre y la del extranjero...Trinchas libertades, levantas montañas de muertos a las afueras, cierras tus puertas al aire nuevo y las abres ávido a las monedas. El diablo toma el mundo, Satanás babea.
El prado de Proserpina
Agnieszka Lorek
El reverso de tus ojos dice la verdad mientras tus labios mienten palabras difuminadas. Sabes quien eres y aún así te sientas en el trono del orbe. Ahuyentas el aire puro al pasar, y ahuyentas el sueño, contemplas tu imagen en los charcos de la guerra, narciso obsceno y deforme.¡Rey del mundo, diablo blasfemo!Trinchas la carne del pobre y la del extranjero...Trinchas libertades, levantas montañas de muertos a las afueras, cierras tus puertas al aire nuevo y las abres ávido a las monedas. El diablo toma el mundo, Satanás babea.
El reverso de tus ojos dice la verdad mientras tus labios mienten palabras difuminadas. Sabes quien eres y aún así te sientas en el trono del orbe. Ahuyentas el aire puro al pasar, y ahuyentas el sueño, contemplas tu imagen en los charcos de la guerra, narciso obsceno y deforme.¡Rey del mundo, diablo blasfemo!Trinchas la carne del pobre y la del extranjero...Trinchas libertades, levantas montañas de muertos a las afueras, cierras tus puertas al aire nuevo y las abres ávido a las monedas. El diablo toma el mundo, Satanás babea.