Saulo el señor de las olas de Bahoruco

Por Salvadorbatist @salvadorbatist

Si llegas al municipio de la Cienega en Barahona y te diriges a la playa de Bahoruco, solo con mencionar su nombre te dirán que se trata del profesor de surf.
Saulo tiene 23 años y es uno de los surfistas más destacado de este municipio costero.  Hace tres meses que creó una escuela para enseñar surf a los niños y niñas de su comunidad.
“Desde los 7 años estoy  practicando surf.  Tuve la oportunidad de aprender con surfistas que venían de Santo Domingo y Cabarete.  Me di cuenta que de otros países del mundo vienen aquí para aprender a surfear.  Gente que paga mucho dinero para aprender esta disciplina.  Entonces, si de fuera vienen porque somos dichosos de tener estas playas, por qué no enseñar a nuestros niños que tanto lo necesitan”,  afirma Saulo en un momento de descanso luego de su participación en el Barahona International Surf Championship.
Todos los viernes, sábados y domingos, Saulo empieza su jornada con 25 infantes; 23 niños y 2 niñas que depositan en él su entusiasmo para aprender a deslizarse sobre las olas de la playa de Bahoruco.  Sin titubear nos dice que era necesario hacer algo para ocupar el tiempo de los niños y niñas quienes quedaban sin alternativa de entretenimiento sano al salir de la escuela.
“Antes de iniciar a enseñarles, lo primero que hago es hablar con sus padres y tener el permiso de ellos.  De mis estudiantes, el más pequeño tiene 12 años y el más adulto 18.  Llegamos a la playa a las 7 de la mañana y tengo que evaluar cómo están las olas para saber si los niños pueden aprovechar el día o no”, nos comenta Saulo.
Empiezan con instrucciones teóricas fuera del agua, para explicarles como deben ubicar las olas, saber como bajar sobre ellas, tener equilibrio en el cuerpo para poder doblar, dominar la tabla y sobre todo mantenerse encima de ella hasta que la ola se diluya en la orilla .
Saulo puede realizar este trabajo gracias a la “Share Stoke Foundation”, una fundación de la empresa que confecciona tablas Fire Wire. 
“Ellos estuvieron aquí en Bahoruco y vieron el trabajo que estamos haciendo y me enviaron las primeras tablas.  También surfistas de Cabarete nos donan equipos para que los niños practiquen”. 
Pero este joven sureño no quiere quedarse hasta ahí y tiene intenciones de ampliar el alcance de trabajo de su escuela.  “En Bahoruco hay aproximadamente 800 niños y quisiera poder trabajar con la mayoría de ellos. Para esto necesitamos alrededor de 30 tablas de diferentes tamaño.  También necesitamos de una computadora que nos permita llevar el record de los estudiantes y su puntuación de manera que podamos monitorear su desempeño y saber cuando estén listos para competir”.