Scioli y la categoría sociológica de los "ni-ni": ni liberalismo, ni populismo
Por Julianotal @mundoparioMe imagino cómo se habrán roto el bocho el que creó esta nueva categoría social tan arbitraria y boluda como los "ni-ni" (ni trabajan-ni estudian), pero como en este blog carecemos de prepotencia de trabajo y de creatividad vamos a apelarla políticamente ya que, llamalo como quieras, parece que es la que se viene en el 2015: ni liberalismo, ni populismo.
Quién lo manifestó y en dónde es clave como para comprender algo que ya muchos lo tenemos claro: Daniel Scioli, luego de su viaje newyorkino manifestó esta nueva consigna, una especie de nueva "reconciliación nacional": el ni populismo se refiere al no-kirchnerismo, al no enfrentamiento, y una invitación al "dialogo" y "consenso" social. Cuando dijo "dejar atrás los extremos" significa una reedición discursiva de la teoría de los dos demonios: no sólo Scioli, sino también Massa y hasta Macri por más que adhieran enfáticamente en términos totales al liberalismo no van a legitimarse a través de un sentido de pertenencia. ¿Por qué? Porque (más allá de que en términos globales, en la consagrada "batalla cultural" que enuncia el kirchnerismo tenemos en nuestro haber una innumerable cagada a palos) a nivel discursivo triunfa por ahora una demonización hacia lo que genera el liberalismo radical o neoliberalismo, como así también el termino ideológico de "derecha" pasa a ser retocado con otros enunciados. Hay un sector importante de la sociedad que ni siquiera es kircherista pero no quiere ni oir las palabras liberalismo, libremercado, derecha, etc. Aunque este grueso medio de la población volátil tampoco le atrae lo que generó y genera el kirchnerismo: prácticas políticas clásicas del populismo que inquietan por un prejuicio social instalado y remachado mediáticamente.
"tenemos que cuidar lo que la gente no quiere que cambie", menciona Scioli pero también lo podríamos escuchar en los labios de cualquier opositor. Esto se debe, por un lado, al viejo truco de referirse generalizadamente a "la gente" sin precisar y por otro lado, también es cierto que sea quien fuere el proximo presidente dificilmente pueda dar por tierra determinadas conquistas recuperadas por el kirchnerismo así porque sí. Si hay algo que podemos observar claramente que así como también los sectores medios engrosaron sus bolsillos y no reconocen al Estado como el benefactor de ello, por otro son "estadodependientes" por naturaleza, y el crecimiento en potestades del aparato estatal en estos ultimos tiempos dificilmente puedan ser achicados en un breve lapso.
Dejar atrás los extremos, como menciona Scioli, hace referencia a manejarse ortodoxamente y sin culpa como le sucede al gobierno actual que tomó en estos últimos tiempos medidas regresivas pero que busca compensar por una vigilancia poco visitada y revisada y con programas y negociaciones colectivas que compensen el deterioro en la capacidad de consumo de las clases populares y trabajadoras. Por eso este 2014 es clave: porque para que las corporaciones y el stablishment puedan avanzar impunemente por sobre las conquistadas reales y retóricas realizadas durante el kirchnerismo es necesario darle un golpe de mercado, una clara desestabilización donde no haya medias tintas. Solo esperamos que este gobierno que tanto admira a Alfonsín no termine imitándolo (y si no lo lograron los opositores es porque todavía se cuenta con una espalda económica fuerte y tenemos el aparato del pj de nuestro lado, aunque cada vez sean más los que naufraguen hacia las costas de una mediática estela).
http://www.lapoliticaonline.com/nota/78555-ni-populismo-ni-liberalismo/