No era fácil salir airoso de esta frikada. La dificultad estaba en mantener el interés y la coherencia durante todo el metraje y no acabar con una sobredosis de onomatopeyas, píxels y demás trucos. Pero son tantas las soluciones de realización y hay tal variedad de recursos gráficos que la fiesta nunca se viene abajo. Si aún no la has visto, hazlo. Te lo pasarás en grande.
Lo mejor: la propuesta en sí misma y su capacidad de sorpresa.
Lo peor: un ex menos le habría hecho un favor al conjunto.