Once años después de Scream 3 el asesino conocido como Ghostface vuelve a las carteleras de todo el planeta y a las vidas de los protagonistas veteranos de la saga para volver a sembrar el terror en una idílica comunidad. Y lo hace acompañado de un buen número de nuevos actores para deleite y disfrute de la audiencia, ansiosos de nuevos sospechosos / víctimas.
Sidney Prescot (Neve Campbell) regresa a Woodsboro tras más de diez años de ausencia; a su llegada se encuentra con Gale y Dewey (Courteney Cox y David Arquette) y con una nueva generación que idolatra su trágica vida, pero hay alguien que quiere que la masacre vuelva a empezar. Ésto es todo lo que se debe conocer del argumento, evitad los rumores, las noticias, los vídeos o los tráilers; el factor sorpresa que siempre ha sido necesario en la saga ahora se vuelve imprescindible para disfrutar al máximo de esta nueva parte.
Scre4m empieza muy fuerte, teniendo en cuenta el desafortunado guión de la última entrega y con el peso de haber creado una década de expectativas, Kevin Williamson decide hacer un homenaje a la saga y al cine moderno de los últimos quince años con incesantes bromas y guiños a todas las películas que han surgido desde que la saga de Scream abandonó las carteleras de los cines, mediante criticas, parodias y homenajes continuos.
Williamson vuelve al origen de la saga, no sólo volviendo a situar la acción en Woodsboro, sino también volviendo a aspectos temáticos y argumentales de la película original. Su dominio y pasión del mundo de Scream se demuestra a la hora de reinterpretar escenas, situaciones y diálogos de una forma totalmente nueva y original, tanto de manera seria como auto-parodiándose, ha conseguido dar una vuelta de tuerca a un argumento ya conocido.
Afortunadamente el personaje de Sidney vuelve a ser el centro de la historia, ella es el origen de toda la saga y, al igual que se ha reinventado la historia, también se ha reinventado al personaje, ahora es más dura, fuerte, decidida y valiente a la hora de enfrentarse a sus viejos fantasmas, aunque poco a poco se va abriendo a los demás (como representan a través de su ropa, que pasa del magenta a tonos más azulados). Los personajes de Gale y Dewey (sobre todo este último) pasan a ser más secundarios, aunque son fieles a su esencia (el vestuario de Gale pasa de colores vivos a tonos más oscuros) y vuelven a su mejor momento en Scream y Scream 2, ofreciendo escenas realmente divertidas entre ambos.
A pesar de estar acreditado como único guionista, Kevin Williamson, abandonó la producción para dedicarse por completo a su serie Crónicas Vampíricas, el elegido para su sustitución volvió a ser, desafortunadamente, Ehren Kruger (que consiguió que Scream 3 fuera una de las peores películas de terror de los últimos años). Williamson sabe que tiene que cargar con la piedra que supone la 3, pero consigue evitarla, obviarla y hasta burlarse de ella (el guión de Scre4m hace aún peor al de la tercera); sin embargo la reescritura de Kruger se nota durante el metraje y hay un par de asesinatos "de su estilo", que, aunque no destacan en exceso dentro del metraje dejan patente su sello.
Aún no está claro si ha sido por las reescrituras o por recortes de edición, pero los tráilers y las imágenes promocionales incluyen escenas que finalmente no aparecen en el montaje final de la película, y no son sólo planos o secuencias, hay escenas enteras que, según ha comentado Craven, eran redundantes o cortinas de humo, pero que serán incluidas en el dvd; sin embargo se abre un debate interesante sobre hasta qué punto es lícito mostrar en el tráiler escenas que luego no están incluidas en la película.
El regreso a los cines de la saga de Scream se enfrenta a una nueva generación de un público que ha crecido con las anteriores en formato doméstico y que acude en masa a ver películas que han heredado las bases que se establecieron en 1996 con Scream y las han desarrollado hasta el extremo, como la (interminable) saga de Saw. Williamson la compara con su saga de películas dentro de la película llamadas "Stab", además de burlarse hace un gran homenaje a nuevo cine de terror "psico-gore", como ellos lo llaman.
La frescura del guión se demuestra introduciendo continuas referencias a la sociedad actual, la misma que crea 7 partes de una misma saga (cada cual más sangrienta y con un guión menos exigente); que vive en continua conexión a internet y depende en exceso de las nuevas tecnologías (un hecho del que Scream fue responsable ya que se incrementó el uso del teléfono móvil tras su estreno); una sociedad que encumbra a asesinos y convierte en estrellas mediáticas a personas sin profesión y ni educación.
Scre4m, que es un reflejo de esta sociedad actual, reinventa la saga para atraer a un público nuevo a las salas y muestra a la audiencia en qué se ha convertido el mundo en el que vive; y lo hace de un modo que el espectador no percibe, utilizando el denostado género de terror (un tipo de cine "de evasión"), demostrando que cada día más el terror está inmerso en nuestras vidas y los medios de comunicación hacen que cada vez sean más habituales (y se les de menos importancia a) los crímenes y las masacres.
El perfecto equipo que forman Kevin Williamson, Wes Craven y Marco Beltrami no defraudará a los seguidores más fieles de la saga, Craven vuelve a los planos más abiertos, a las composiciones más estudiadas y a los giros de cámara más enrevesados, vuelve a dominar el terror y el suspense, con unos exquisitos y terroríficos veinte minutos finales que harán temblar de terror, tensión y suspense al espectador en su butaca.
Por su parte, la estupenda música de Marco Beltrami vuelve a ser absolutamente imprescindible y deliciosa, su sello característico eleva a las escenas a la altura de obras maestras con una partitura sutil y sencilla, pero también potente y enérgica; Beltrami sabe cómo aterrorizar al espectador y dar textura y complejidad a las escenas que, en apariencia, son menos terroríficas.
Scre4m sigue fiel a los principios de la trilogía anterior (mayor número de crímenes, más sangre, "todo el mundo es sospechoso", "la historia siempre se repite" y "nadie está libre de ser asesinado") y además reinterpreta los códigos, los clichés y las bases del cine de terror, ofreciendo una película sutil y realista, pero, a la vez, descarada y excesiva. Un maravilloso soplo de aire fresco para una cartelera plagada de remakes y secuelas.Muchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.