El Barcelona fue mejor. El equipo de Mourinho llegó al Camp Nou con la ‘misión imposible’ de remontar el nefasto resultado que cosechó en su estadio en el partido de ida. Con esas, y con la polémica arbitral que rodeó dicho partido, el Real Madrid se plantó en el feudo azulgrana con un once más ofensivo que en el Bernabéu pero no le bastó. Sí en los primeros diez minutos en donde parecía que la ‘machada’ no estaba tan lejos para los blancos. Fueron Cristiano y Marcelo los que salieron más enchufados y sembraron las dudas en los culés con dos acciones de peligro en los primeros instantes de partido. Pero nada más lejos de la realidad. Fue un espejismo blanco y pronto el Barça empezó a dominar le juego y la pelota. Como siempre hace, nada nuevo. Con un público entregado a la causa, Xavi-Iniesta-Busquets y compañía empezaron a tocar y tocar mientras Lass, Xabi, Di María y Kaká perseguían sombras. Bueno, Ricardo Kaká por no hacer ni persiguió. Mientras, el ‘Pipita’ Higuaín, que estuvo lentísimo, danzaba sólo en punta de ataque esperando a que le llegara algún balón en condiciones…
El público se lo estaba pasando en grande mientras los ‘olés’ (a pesar del rechazo oficial de los catalanes al mundo del toro) hicieron acto de presencia antes de que el belga Frank De Bleeckere señalizara el túnel de vestuarios para descansar. Al entre tiempo se llegó con tablas sin goles. Pero pudo haberlos si no llega a ser porque el mejor portero del mundo adoptó un papel protaonista tras hacer tres grandes paradas, especialmente una a mano cambiada a disparo de un activo David Villa, y otra que sacó con los pies tras un remate del ‘genio de Fuentealbilla’, del 'Laudrup de la Mancha', de Don Andrés Iniesta. 0-0 pues que, visto lo visto, era un buen resultado para el equipo de Karanka, ya que Mourinho, que fue expulsado en el Bernabéu, ni asistió al campo. Se quedó en el hotel dando instrucciones a su segundo a través del Ipad. Hecho sin precedentes en la historia del fútbol. Por algo le llaman ‘The Special One’…
Polémica tras el descanso. La reanudación recordó mucho al comienzo del partido. El Madrid salió a morder pero a los 3 minutos de este segundo tiempo se topó con sus ‘fantasmas negros’, se topó con el árbitro de la contienda. Gol anulado legal a Higuaín -por supuesta falta de Cristiano al ‘jefecito’ Mascherano- e ilusiones blancas al limbo. Esa acción dejó aturdido al equipo blanco que pronto recibió el 1-0. Iniesta hizo un jugadón y su pase entre líneas sublime, lo aprovechó Pedro para quedarse sólo y batir a Casillas por bajo ajustado a su palo izquierdo. El de Móstoles demostró que también es humano y tuvo que recoger el balón desde el fondo de su portería. Corría el minuto 53…
Reacción del Madrid. Tras el mazazo a la nave blanca, Karanka –el doble de Mourinho- quitó a Higuaín y metió a un acelerado y duro Adebayor, y retiró del campo a la sombra de Kaká y Özil entró al terreno de juego. Sólo unos minutos después Marcelo, al más puro estilo delantero centro, pescó un balón en el área pequeña y lo embocó a la red de Valdés tras una gran jugada de un siempre activo Di María. Es lo que tiene estar ‘con la caña preparada’. Minuto 65 y los blancos tenían apenas 25 minutos para soñar con la remontada bajo la lluvia, que no dejó de cesar desde dos horas antes del encuentro hasta que concluyó el mismo. Pero el Barça no estuvo por la labor y volvió a controlar el partido ante la impotencia y la dureza del Madrid. Carvalho, el omnipresente Lass Diarra e incluso Adebayor pudieron haber visto las duchas del vestuario antes de tiempo.
Cierre para Abidal. Al final, poco asedio del Madrid –con Benzema inédito en la eliminatoria- y empate con sabor a victoria del Barcelona de Pep, que se dio el gusto de dar los tres minutos finales del encuentro a Eric Abidal, que se llevó la ovación del Camp Nou, una de las más grandes que se recuerdan en Les Corts. No era para menos. Hacía sólo mes y medio era operado el francés de un tumor. Prodigiosa recuperación del lateral del Barça al que el cariño del hincha azulgrana seguro que no lo olvidará jamás.
Los Clásicos llegaron a su fin, con dos empates y una victoria para cada uno. Cuatro goles para los blaugranas por tres de los blancos. Para el Madrid la Copa y para el Barça la Liga y el pase a la Final de Wembley. Y también el juego, al menos en esta eliminatoria de semifinales. La polémica para todos, árbitros y jugadores de los dos conjuntos. Demasiada dureza y demasiado ‘teatro’. Poco Fair Play. Se acabó. Hasta agosto, en donde jugarán otra vez por la Supercopa de España, no se hablará más de los benditos clásicos. En el fondo, una suerte para todos…