Se acabó la fiesta de los lagartos verdinegros

Por Davidalvarez
Macho de lagarto verdinegro
La época de celo del lagarto verdinergo (Lacerta schreiberi) ya se ha terminado, y los machos, que hasta hace unas pocas semanas lucían una impresionante coloración azul en la cabeza, la han perdido. Ya no tiene sentido invertir más recursos en fabricar costosos pigmentos y por otra parte una cabeza de color gris pasa más desapercibido ante los depredadores.
Después de cortejo y las cópulas, los machos apenas se habían separado de las hembras con las que se habían apareado. En algunas ocasiones los machos más grandes pueden llegar a aparearse con hasta cuatro hembras distintas durante una temporada de cría. Si un macho vecino se acercaba demasiado a su territorio, era atacado y expulsado, de esa forma se aseguraba de que la futura descendencia de la hembra era sólo suya y que ningún otro macho podría poner en peligro su paternidad.
Hembra de lagarto verdinegro
Una vez pasado el peligro de la infidelidad, los sexos se separan y cada uno se va por su lado. En estas fechas o incluso antes, la hembras depositará entre 6 y 24 huevos debajo de alguna piedra o en la madriguera de un topo, que si hay suerte eclosionaran en el mes de septiembre.
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