Se acabó la temporada vacacional

Publicado el 07 septiembre 2015 por Manuhermon @manuhermon
Vacaciones para quien las tuviera, los niños, el mundo escolar, algunos trabajadores y jubilados… se acabaron las vacaciones y comienza la nueva etapa. Me parece que el problema no es tanto terminar, cuanto empezar un nuevo curso o período de normalidad anormal. En lo personal relacionado con el blog, tengo sensación de retenerme, de ponerme excusas para no arrancar. Los problemas globales/generales de este verano siguen latentes, en la economía y política española, europea y mundial; algunos agravados y otros que afloran nueva percepción por su intensidad y volumen de seres humanos afectados, estremecen, como el drama de los refugiados que llegan a Europa por el Este huyendo de las guerras, de repente ha tapado el problema parecido de los emigrantes que entraban por el Sur escapando de la hambruna, la miseria y las muchas guerras africanas. Me resisto a empezar a alimentar el blog, requiere un gran esfuerzo mantenerlo. Intentar escribir de lo que ocurre, opinar sobre lo que ves, más allá de una o dos frases, es muy duro. Si encima quieres remirar en lo menos evidente rascando un poco la superficie, si quieres estudiar datos y relaciones, entonces es más difícil. Noticias y opiniones de lo que sucede en el mundo se muestran en muchos medios de prensa, radio, televisión, redes, en general se pueden encontrar todo tipo de visiones, así que uno se preguntas para qué diablos otra más; encima, en general, cada clan o tribu, cada grupo social, político e ideológico solo buscará las interpretaciones próximas a su relato oficialmente aceptado, despreciando el resto, por lo que alguien independiente tiene más difícil encontrar un lugar. El problema es que si estás afiliado a algo, las opiniones son necesariamente mas sesgadas, no miras todo lo que se relaciona, ni escribes con tanta soltura, está comprobado de sobra. Tan dicotómico se ha vuelto todo, y tan simplista, tan cómodo se ha hecho el opinar con una frase, o tan vago, que el mínimo espíritu crítico dentro de cada religión, o grupo ideológico es despreciado, expulsado. Con un comentario de una frase se pueden liquidar ninguneando decenas o cientos de páginas, o peor aún, su autor puede ser perseguido, empujado a los leones con cualquier aspecto de su vida pasada o actual… como si los que lo hicieran hubieran sido o fueran perfectos santos. Supongo que es la influencia del cristianismo en las religiones políticas para explicar comportamientos relacionados con la perfección, el perdón, la culpa, la Verdad, el paraíso, la fe… todo ello en las derechas y las izquierdas. En general se lee y escucha aquello conocido y de lo que se participa y se desprecia lo distinto en todos los ámbitos ideológicos, nadie quiere problemas que le pongan dudas sobre su fe, sentir que remueven la propia seguridad sienta muy mal, si sueñan con una Syriza resolviendo todo, ¿para qué leer sobre enfrentamientos de las distintas parcelas de ese partido? Si ya han aceptado que el pueblo catalán quiere la independencia, para qué perder tiempo leyendo las mentiras que aducen, o que no existe tal realidad, nunca el pueblo catalán existió como unidad en las muchas luchas históricas que sucedieron en la Península. Si el capitalismo es malo, para qué intentar comprender sus enormes cambios producidos antes del final del siglo, que lo han conducido al momento actual de cambio de época, tremendamente distinto al de mi juventud, etc. etc. Encima los militantes de un partido, grupo o religión, agudizan el problema hasta hacerse insoportable, ocultan las evidencias si creen que les perjudicarán, queriendo o sin darse cuenta, pero nada perjudica tanto como tapar la realidad y evitar el debate. Hoy los militantes no aceptan aquello que consideran pueda perjudicarlos, pero, el problema es que hay unas cuantas líneas políticas distintas dentro de cada grupo y cada individuo se aferra a una. Solo se relee, se acepta, lo aprobado por la autoridad grupal, aquello que garantiza la permanencia de ese individuo en el clan y mantiene su status. Las cosas no son muy distintas de aquellos grupos de extrema izquierda de los ‘60 y ’70, no podían aceptar la existencia de otros similares que lucharan por la revolución con otra interpretación, todos acusábamos al PCE y otros partidos comunistas de traidores a la clase obrera, revisionistas, todos teníamos la Verdad, pero la gente, los millones de españoles, pasaron de nosotros. Como dice mi colega Marga, ‘Nos comíamos el mundo, y el mundo nos dio un buen bocado’. Ahora aquellos a los que se llamaba traidores, se lo llaman a otros, la rueda sigue, solo que entonces el sueño era la Revolución y ahora los más izquierdistas tienen como objetivo mantener lo que impulsaron los llamados traidores, la democracia y el estado de bienestar -que no es poco-. Sé que el asunto es más complicado, pero ese terreno de debate es el que me resulta penoso transitar.
¿Y qué tiene que ver esto con alimentar este blog?, se lo pueden imaginar, escribir todos los días sobre las maldades del PP, no me interesa demasiado, es un tema que está bastante cubierto, y la verdad, realizado entre determinadas corrientes ideológicas de izquierdas no aporta, escribir entre públicos izquierdistas sobre las maldades de Aguirre, Rajoy y Cía, no convence a más gente de que se aparte de la derechona, ni suma nuevos activistas, no resta ni un ápice de fuerza al PP, es cocerse en la propia salsa, aunque reconozco que a mucha gente es lo que les gusta leer. Si pretendiera restar votos al PP, tendría que escribir sobre ellos de otra forma, para llegar a otros ambientes de centro derecha y parece evidente que esa labor la realizan mejor gentes que no leen los izquierdistas. Ahora bien, si pretendiera sumar adeptos al progresismo, a las izquierdas,  si además pretendiera sumar votos, ganar elecciones, entonces debería limar muchas aristas, argumentos erróneos, mitos, fantasías, creencias, posturas izquierdistas y eso solo es posible dirigiéndose a esos ambientes que precisamente no querrán saber nada de sus defectos con lo malos que son los capitalistas.