Siempre que voy a viajar tengo la misma duda a la hora de elegir el modo de transporte al aeropuerto. ¿Es realmente buena opción el parking de larga estancia? ¿Me sale a cuenta cuando se trata de viajes largos? ¿Es más barato coger un taxi? ¿Es buena la alternativa de transporte público, o me voy a eternizar?…Todo esto es lo que se me pasa por la cabeza justo antes de un viaje, bueno, para ser sinceros, se me pasa por la cabeza horas antes de coger el vuelo, ya que soy algo desastre y poco previsora.
Este artículo nos sirve, a todos, incluida a mí, jeje, para aclararnos un poco. Lo primero es estar tranquilos porque en todos los aeropuertos españoles nos vamos a encontrar un Parking de larga estancia en el que se podremos dejar el coche en condiciones de seguridad suficientes, como para volar sin preocuparnos por nuestro coche.
Por otro lado, tenemos en todos los grandes aeropuertos, como el de Madrid, Barcelona o Palma de Mallorca, aparcamientos muy cercanos a las terminales y que, aunque son los de coste más elevado, te permiten acceder rápidamente al aeropuerto, eso si, sólo, si no te preocupa el precio y buscas comodidad, sólo entonces, son otra buena opción.
Una opción más son los aparcamientos de larga estancia low cost, que tienen una tarifa reducida al alcance de cualquier bolsillo, y ofrecen un servicio de conexión mediante autobús, para ir en apenas unos minutos desde el parking a la terminal.
Al final, elijas lo que elijas, yo te recomiendo reservar con tiempo el parking, lo puedes hacer online en la página web del aeropuerto o de Aena, ya que suele ser más económico que hacerlo en el momento de la llegada. Si vives en la ciudad y solamente necesitas hacer el trayecto desde el centro al aeropuerto de turno, puedes utilizar también el taxi.
No debes olvidar, para después no llevarte un susto, que los taxis suelen establecer un suplemento especial para llegar al aeropuerto, puesto que se encuentran lejos de su centro. Eso sí, en capitales más pequeñas suelen mantener la tarifa convencional, donde el precio final solo depende de los kilómetros de distancia y el tiempo de trayecto. Lo mejor del taxi, que está a tu disposición las 24 horas del día, por lo que muchas veces es la opción más interesante cuando los vuelos son de madrugada o vas con una prisa tremenda porque te toca viaje relámpago.
Finalmente nos queda la opción más económica, el transporte público. En ciudades como Madrid o Barcelona puedes escoger entre el metro, el autobús o el tren de cercanías para llegar en unos 30 minutos, más o menos, desde el centro de la ciudad, aunque ya dependerá de la terminal por la que embarques. Y desde luego, de todas las opciones, las más económica es el autobús, que suelen realizar trayectos durante todo el día para facilitar el acceso a los viajeros. Con el único inconveniente de las estrecheces.
Yo, particularmente, soy de dejar mi coche en el parking de larga estancia del aeropuerto, que es lo que más seguridad y comodidad me ofrece. ¿Y tú, que alternativa usas?