Pero en esta vorágine estamos metidos: como en el pueblo tenemos tanta crisis, como hay tanto desempleo y nos tenemos que amparar a la Virgen de la Temporalidad (que nos guarde de levanteras eternas y asusta-veraneantes) pues a alquilar o a vender se ha dicho -¡qué más da que sea un trozo de aire por encima del muro del colegio de Guzmán, el suelo del Cerro de Santa Catalina, la singularidad de Valdevaqueros o el cuartucho donde guardamos los trastos para que se queden a dormir unos cuantos guiris a precio de Ritz!-, a plantar neones que continúen el afán destructor de zonas verdes de los últimos consistorios, a remozar el aspecto ajado del pueblo con una manita de hormigón y un retoque de señales viales.
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Pero en esta vorágine estamos metidos: como en el pueblo tenemos tanta crisis, como hay tanto desempleo y nos tenemos que amparar a la Virgen de la Temporalidad (que nos guarde de levanteras eternas y asusta-veraneantes) pues a alquilar o a vender se ha dicho -¡qué más da que sea un trozo de aire por encima del muro del colegio de Guzmán, el suelo del Cerro de Santa Catalina, la singularidad de Valdevaqueros o el cuartucho donde guardamos los trastos para que se queden a dormir unos cuantos guiris a precio de Ritz!-, a plantar neones que continúen el afán destructor de zonas verdes de los últimos consistorios, a remozar el aspecto ajado del pueblo con una manita de hormigón y un retoque de señales viales.
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