Se alza sobre la ciudad una torre imperativa y colosal, u...
Publicado el 19 septiembre 2013 por Morevi
Se alza sobre la ciudad una torre imperativa y colosal, una torre que vigila con mirada omnipotente a todos aquellos que moran bajo su sombra. Un conglomerado de metal y hormigón, de engranajes y vigas que, eclipsando al amanecer, sume en la penumbra a los individuos que la levantaron. Las nubes de humo y abyección ocultan el pasado y predicen un futuro negro, en un presente que cuyo gris oscurece. Todos hablan del ayer, lo deforman y distorsionan buscando algo de belleza en el día a día, intentando olvidar que mañana amanecerá de nuevo. En vano. Y cuando los grandes alzan la voz rugen y vociferan, exaltan su valentía ocultos en sus tronos y fortalezas. Apolíneos y todopoderosos, reinando sobre los cielos, dicen entendernos, dicen comprender nuestro sufrimiento. Pero, ¿cómo sabrá aquel a quien le sirven la comida en bandejas de oro lo que es el hambre?, ¿cómo conoce el rey el tormento del mendigo? Aseguran saber lo que nos conviene, enmascaran los fracasos y los hacen pasar por sacrificios necesarios. Cuando hacen promesas la gente alza la vista y escucha. Cree y no cuestiona. Y así, soberano tras soberano pasan los años y la gente sigue caminando bajo tierra, cargando sobre sus hombros torres de metal y hormigón, alzando al monarca sobre las nubes, hundiéndose bajo sus pisadas.