¿se anuncia un milagro?

Aparece en titulares en la edición digital del economista  que Las Administraciones morosas deberán pagar un recargo del 8% y se añade que es la consecuencia fundamental que se deriva de la entrada en vigor, en esa fecha, de la nueva directiva de la Comisión Europea (CE) por la que se establecen medidas de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales. Una directiva que de aplicarse al tipo actual obligaría a las administraciones y a las empresas morosas a pagar unos intereses del 8,75% a partir del primer día de retraso, añadidos al importe de la factura pendiente de pagar. A medida que se va desarrollando la noticia, se va descubriendo que no existe tal en cuanto novedad informativa, pues en el mismo texto puede leerse precisamente, la entrada en vigor de la normativa europea hace innecesario modificar la actual Ley de Morosidad española, del año 2010. Y ahora viene la novedad:Aunque lo que si hará el Ministerio de Hacienda es condicionar la concesión del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) al cumplimiento estricto de los plazos de pago a proveedores por parte de las comunidades autónomas que soliciten el rescate del Estado.Quien ha redactado la información toca de oído. Existe una obligación legal desde hace 8 años de abonar intereses de demora (Ley 3/2004) que se incumple sistemáticamente en el ámbito público y en el ámbito privado. Acogerse al Fondo de Liquidez Autonómico, que por cierto tampoco es gratis para las CCAA que tienen que abonar más de un 5% de interés, no impedirá que se siga incumpliendo esa obligación. Está bien que se manifieste la voluntad política de progresivamente ir cambiando esa cultura y todavía mejor que el Ministro deHacienda diga públicamente y en tono muy envarado que después de verano empezaremos a cumplir una Ley que lleva ya unos añitos publicada en el BOE.Lo que sería una verdadera noticia es que se encuentre a algún proveedor habitual de la Administración, sobre todo en el sector sanitario, que se crea las palabras del Ministro y ya sería un auténtico milagro que alguna Administración autonómica o Local lo cumpliera por regla general.