Corría el año 1995 cuando llegó a mi casa en brazos de una tía, el 24 de Octubre, tenía un mes veinte días de vida. Era una bolita negra, media gordita que apenas caminaba. Era nuestra primera mascota que venía a ser parte de nuestra familia. Lo llamamos Toribio Alonso, era un gran nombre para un gran personaje que venía a maravillarnos nuestra infancia. Pasó a ser nuestro peluche a quien cuidábamos como nuestro hermano pequeño. Por lo pequeño de su porte, siempre vivió dentro de casa, hasta tenía su sillón favorito.
Toribio Alonso, para todos los que lo conocimos era simplemente Tori, un perro mestizo, de color negro, pelaje largo y brillante. Tiene una carita muy tierna, una mirada sincera que hace que tú lo ames como lo amamos nosotros.
Desde pequeño llamó la atención de nuestros vecinos, por su porte pequeño medio regordete, pesaba alrededor de doce kilos. Todo el que lo conocía lo estimaba, Tori pasó a ser otro vecino compañero y amigo de nuestro pasaje. Era como normal que los amigos de la infancia lo pidieran prestado para ir a pasearlo y jugar con el. Fue así como se hizo popular dentro de toda la villa en donde vivimos, todos lo cuidaban.
Tori es un perro que siempre lo tuvo todo, referente a cuidados y amor. Era bondadoso y cariñoso, mas aún con aquellas personas que el intuía que lo necesitaban, buscaba el mejor momento para ir acompañarlo y se quedaba a su lado de manera humilde.
Cuando llegábamos a casa siempre nos recibía con sus movimientos coquetos de cola peluda, y carreras cortas interminables. Nunca ladraba.
Era un perro feliz que se sentía amado por todo el que llegaba a nuestra casa.
Al paso de los años, fue perdiendo la vista y la audición, a caminar lento pausado. Toribio hoy está ciego y sordo.
En el mes de Septiembre su dueño sufrió un accidente cardio vascular, estuvo tres semanas hospitalizado en estado de coma, durante todo ese tiempo se quedó esperándolo tras la reja, a veces ni siquiera quería comer, solo esperaba y esperaba la llegada del dueño de casa.
Tenía varios hobbies, uno de ellos ladrarle de repente a los gatos, mirar por la ventana y tomar agua fresca de la llave.
De esta forma vivió tranquilo y feliz hasta que cumplió 12 años, ya mucho menos activo que antes, y con sus sentidos claramente disminuidos, solo el del olfato lo tiene intacto hasta el día de hoy.
A esta edad, su cuerpo empezó a llenarse de masitas y tumores peligrosos. El mayor peligro fue cuando se le detectó un tumor maligno en el brazo izquierdo, un tumor maldito que crecía rápidamente, día a día hasta llegar a los diez centímetros. Con gran temor fue llevado a la clínica de la Universidad de Chile, donde un médico de corazón noble lo operó sin costo, extirpándole este y tres tumores mas. Estuvo en tratamientos de sesiones de quimioterapia, gracias a Dios nunca más tuvo problemas por esto.
Durante sus últimos años, dormía la mayor parte del tiempo y jugaba solo con niños pequeños. Ya no quería salir a pasear, cuando mucho daba una vuelta en el pasaje cerrado.
Estando ciego, sordo y con muy poca fuerza en las patas, caminaba por su hogar pegado a las paredes para no perderse. Le encantaban las galletas, se las devoraba contento.
Tori tenía su pelaje largo como en las fotos, en tiempos de calor lo llevábamos a la peluquería para que le cortaran un poco su pelaje, pero esta vez, lo raparon se podría decir, dejándolo casi sin pelo. Era raro verlo, se veía como un perrito renovado, incluso le cambió el carácter, ya que volvió a intentar correr por su casa y ladrar, cosa que no hacia hace muchos años.
El día 24 de diciembre, a las 14:00, nos dimos cuenta de que no estaba en nuestra casa, desde entonces lo hemos buscado desesperadamente. Hemos llenado las calles de nuestro sector con fotocopias de su foto, pero la gente las saca.
La única información certera que tenemos es que dos señoras fueron las últimas que lo vieron, afirmando que lo tomaron, lo subieron a un auto rojo y se lo llevaron.
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Esta es la historia de Tori, un pequeño gran gigante del amor, de la entrega hacia el humano. Es uno de los millones de perros considerados como el mejor amigo del hombre. Hoy de seguro está sufriendo sin darse cuenta del por que sufre mas alejado que antes cuando su dueño estaba hospitalizado, ya no tiene la esperanza de esperarlo en su ante jardín para moverle su rabo demostrando lo feliz que era.
Se perdió en el sector de las calles Iquique con Gral. Freire, paradero 19 y 20 de la comuna La Cisterna, puede estar en cualquier lugar de nuestra ciudad, su familia lo busca desesperadamente, no hay día que no salgan a recorrer las calles pegando carteles con su fotografía, pero lástima que las personas saquen los carteles, no se dan cuenta que el sacarlos de los lugares, hay nula probabilidad de poder encontrarlo.
Contacto
Si tu lo has visto, o sabes quien lo tiene, por favor comunícate urgente con nosotros, a mis correos mariposaunika@gmail.com
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También a los telefonos: 5250532 (Karen)
o personalmente al mío : 097979362 - Marcela
Desde ya se agradece toda ayuda que puedan entregar para soñar que llegaremos al lugar donde está Tori.
Solo pensar que puede estar sufriendo aún mas de lo que ya ha sufrido con la separación de su familia, me parte el alma.
Mil gracias...la esperanza es lo último que perdemos.
Aunque tengamos la evidencia de que hemos de vivir constantemente en la
oscuridad y en las tinieblas,
sin objeto y sin fin, hay que tener esperanza.
Los perros del camino?... son todos aquellos que de una u otra manera estando perdidos o abandonados, Dios los pone en mi camino cuando paso...y algo me dice: tienes que detenerte, no puedes seguir...