SE BUSCA CASA (de remolienda*)

Publicado el 29 junio 2013 por Bebloggera @bebloggera
Por La Churro desde Chile
Desde el año 2004 vivo semi-sola: primero con un primo, luego una prima y finalmente mi hermano. Mi teoría es que mi libertad (o libertinaje) sexual se ha dado en gran medida porque tengo un espacio independiente en donde hacer mis cosillas tranquilamente y no andar de escondite en escondite con el miedo que te vean en una situación embarazosa. Pero este año, la cosa se ha tornado un poco complicada, ya que comparto mi humilde hogar con dos personajes.

Imagen de www.gettyimages.com



Por motivo de sus estudios, a mi hermano y a mí se nos sumó mi hermana pequeña. La convivencia entre los tres ha sido buena, pero la modernidad trae consigo departamentos pequeños como cajas de fósforos y paredes que aíslan ruido tanto como el papel lustre, por lo que algunas visitas se me hacen difíciles de coordinar para que pasen coladas. 

Antes podía escabullir a algún personaje silencioso a altas hora de la madrugada, y despacharlo una vez terminada su labor, tan sigilosamente como lo fue su entrada. Pero hoy son 4 ojos y 4 oídos los que me vigilan. Antiguamente alojaba a algún “muy buen amigo, casi, casi como un hermano” y me dedicaba a gatear en la noche. Pero engañar a dos no es lo mismo que sólo uno, de manera cómplice, te crea la mentirita. Además es demasiado complicado coordinar mis horarios en los que mis dos pequeños hermanos no estén en casa y además, con los que el amiguito de turno esté disponible.

Soy la hermana mayor, y me siento un ejemplo para ambos. ¿Qué clase de ejemplo sería si vieran pasar cada noche a un espécimen diferente? Ambos me conocen bien, y saben a grandes rasgos mis perversidades, pero hacerse una idea no es lo mismo que escuchar “Oh! Yes, say my name” desde la habitación contigua.

¿Cuál puede ser la solución? 

¿Una “mañanera” cuando mis dos bebés estén en clases? Al parecer, los machos disponibles no son muy madrugadores. Y con esto de los paros universitarios que traen consigo extraños horarios, uf! La cosa se complica igual. ¿Motelear? Nunca ha sido opción gastar plata por tener sexo. Además lo siento algo impersonal, demasiado “profesional” para mi gusto. ¿Buscar un amiguito que viva solo? Si ya es difícil buscar a un hombre dispuesto al sexo a MÍ forma y antojo, además de sin compromisos, imagínense cuánto se complica si le sumamos el asunto de la vivienda (eso me pasa por tener un genio tan jodido). ¿Vivir sola? Tendría que invertir más para tener un pequeñito y humilde hogar propio, pero por ahora es la única opción que veo para poder poner tranquilamente una ampolleta roja en la puerta y un tapete de “Hogar, candente hogar”.

(*)El término “Casa de remolienda” se usaba antiguamente en Chile para referirse a establecimientos donde las prostitutas ofrecen sus servicios, algo muy similar a un prostíbulo.