En nuestro análisis anterior abordamos el papel de la oposición en un sistema democrático, hoy ampliamos nuestro análisis a la situación actual de la oposición venezolana, víctima de sus de errores y contradicciones internas.
La oposición herida y desorientada ha perdido su rumbo y busca a tientas argumentos, propuestas y liderazgo; persigue sin un plan definido y concertado recuperar su legitimidad social y política. Fracturada, sin norte y extraviada, ha dejado y deja pasar oportunidades pacíficas y democráticas para convertirse en la oposición que requiere la coyuntura actual, la democracia y el país.
Fragmentaba, víctima de una desquiciada y desordenada presión interna, a merced de una lógica política errada emite discursos contradictorios e incoherentes, la oposición se autodestruye, se derrumba sobre sí misma y sus “paredes” se rompen hacia adentro. En suma, implosiona. Una debacle política fruto de un colapso interno, emanado del choque entre su realidad ficticia y la realidad política del país. No hay que menospreciar entre las causas de tal derrumbe, la conducción y asesoramiento político de actores ajenos al país. La oposición perdida en sus contradicciones internas y desprovista de legitimidad parece transitar la ruta del “autosuicidio” político. Tanto planear “La Salida” y pareciera que lo que están logrando es su propia salida del espacio político.
La oposición está obligada a efectuar una lectura acorde a la realidad social y política, más allá de sus estrechos límites y con profundo sentido de país. Errores históricos sucesivos, producto de contradicciones internas y fundamentalmente de la desconexión con el país, la han atrapado en sus estrechos límites y visión limitada de sus funciones, en tanto oposición y opción electoral de Gobierno. Tal situación, afecta el equilibrio democrático y desestimula a la ciudadanía opositora.
Ante tal desgaste y perdida de legitimidad, se está convocando, sin querer queriendo” a una nueva oposición, la cual probablemente ya se debe estar gestando. ¿De dónde saldrá? ¿De las filas de la propia oposición o del Gobierno?
De no recuperar su legitimidad social y política en tanto oposición legitima y funcional, le espera un destino incierto.
Aún están a tiempo de honrar su compromiso con el país y la democracia.