Se buscan líderes que saquen a los españoles del desastre

Da la impresión de que las personas intelectuales, inteligentes, con ideas, tienen que ser los salvadores del mundo, los Héroes reales, que se necesitan para sacar a la humanidad de las situaciones desfavorecidas. Ya son muchas las ocasiones en que he leído u oído a gente que hace hincapié en que la élite intelectual debe ser la que tire del carro para cambiar el mundo.
Y yo me pregunto, ¿qué persona inteligente en su sano juicio, va a ser tan gilipollas como para jugarse su culo por las personas en situación desfavorecida? Sobre todo con la de cosas más importantes que tienen por hacer, como masturbarse, drogarse, viajar, jugar al parchís, etc. Y además, sabiendo que en la historia, han sido miles y miles los líderes que han luchado por los derechos y la dignidad humana, y siempre son los que peor terminan, puesto que las masas les han dado la espalda a las primeras de cambio, o incluso han sido traicionados. Hay que tener en cuenta que el primero en ser señalado, juzgado y eliminado, es el líder del grupo, el que se roe su cerebro para alcanzar unos derechos que han sido perdidos, la libertad, o cualquier motivo por el que el pueblo padezca opresión. ¿Y qué hará el pueblo por quién ha intentado luchar por ellos? Nada, mirar para otro lado, como siempre.
Aunque la situación que hoy en día se da en España, se ha dado durante muchas ocasiones al cabo de la historia en todas partes del mundo, la sociedad en general está mucho más sedada y acomodada como para actuar por sí misma, ya que en ningún otro momento de la historia, las personas han dispuesto de mayor cantidad de medios para el entretenimiento, facilidades y comodidades. Esto crea una situación de sedentarismo, de “dejar pasar el tiempo a ver que pasa” y en cuanto pasen los malos tiempos, la gente se olvidará de todo lo sufrido y comenzará nuevamente a centrarse en tener más y más (comprar ropa, coches, casas, televisores...), entonces, ¿de qué puede servir el sacrificio de las personas que piensan? ¿Para qué? Al final el río siempre vuelve a su cauce, ¿qué sentido tiene que un grupo se vuelque en solucionar los problemas de las masas, si éstas no van a aprender nunca?

Fuente de la imagenRubén Jiménez Triguero