El calor veraniego se ha ido. Ha desaparecido y he de decir que no ha sido éste el verano más caluroso del mundo en Milán. De hecho, diría que se ha estado demasiado bien si lo comparo con el año pasado. La primera consecuencia que he notado con la bajada de temperaturas es que a parte de empezar a sacar los jerseys del armario, los mosquitos han ido poco a poco dejando de estar presentes en nuestras vidas.
No recuerdo la última vez que uno me picó y tampoco recuerdo la última vez que estuve matándolos como una loca por casa. Esto sin duda es ¡una buenísima noticia!
Estaba tan contenta yo con mi nueva-vida-sin-mosquitos en Milán, que no caí en que algún otro amigo podía invadir las calles y las casa en esta época del año. Tras varios encuentros… los descubrí…
Buscando pistas sobre el nuevo invasor
Cuando llega el otoño a la comarca, un nuevo ser se adueña del espacio y aparece por doquier. Por doquier es en nuestra terraza, donde cada dos por tres veo alguno de estos bichos, incluso en el tren y en el metro (viajando dentro como cualquier pasajero más) los he visto.
Los primeros datos que tuve de este nuevo invasor fue lo que Mr. Paulson me contó:
-MIRAAAAAAAAAAA!!!!! ¿QUÉ ES ESOOOO??? ¡¡¡QUÉEE ASCOOOOO!!!
-¿El qué? Ahhhhh…. ¿eso?… Eso es un bicho que si lo aplastas huele muy muy mal.
El invasor
Bien, ese fue el primer dato: al aplastarlos huelen mal. Es decir, es el bicho apestoso. No podía quedarme con sóla esa información así que me puse a investigar qué era esto del bicho apestoso y porqué me estaba encontrando tantos en la terraza. Y lo descubrí. El bicho apestos precisamente es denominada “la chinche apestosa” o “Halyomorpha halys“. Como lo oís… son chinches… ¡Qué asco tan grande!!!!!!
Al parecer, la chinche apestosa es apestosa por un líquido maloliente que expulsa como método de defensa, por eso que al aplastarlas huelan taaannnn mal. No son peligrosas en cuanto a que no pican como lo hacen las chinches normales (las que se ponen en el colchón por ejemplo) pero claro, después de enterarme que era una chinche, deseo su muerte y destrucción inmediata.
Ayer incluso, el invasor decidió tomar como objetivo entrar en nuestra habitación aprovechando algún descuido de puertas o ventanas, y ponerse a volar cual unicornio hacia la lámpara del techo. Yo estaba ya metida en la cama y empecé a oír un sonido como de helicóptero, lo cual achaqué a que Mr. Paulson estaba videos en Youtube. Sin embargo, una sombra me alertó… no era un video de Youtube… era una chinche apestosa invasora!!
No hace falta que os cuente cuál fue su final… que no fue ni triste ni alegre… fue el final que tenía que ser. Sin más.