En la actualidad, la operación de aumento de pecho sigue siendo una de las más demandadas en lo que a cirugía estética se refiere. Cada vez son más las mujeres que deciden pasar por el quirófano para mejorar aspectos estéticos de su cuerpo, especialmente el tamaño de los senos.
De las 65.000 operaciones de cirugía estética que se realizan de media en España al año, casi 12.000 corresponden a aumentos de pecho. Esto quiere decir que, de media, el 25% de todas las intervenciones realizadas por un buen cirujano plástico en Madrid como el Dr. Guilarte son de aumento de senos.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce en las intervenciones estéticas de aumento de pecho. Y es que se han incrementado de forma alarmante los casos de mujeres que tienen que volver a pasar por el quirófano por una mala intervención de bajo coste.
La normativa es cada vez más estricta en torno a estas intervenciones, pero todavía son demasiadas las mujeres que optan por el sistema de operaciones ‘low cost’ por la promesa de conseguir el busto que desean a un precio mucho menor.
¿Por qué no es recomendable una intervención de aumento de pecho ‘low cost’?
Aunque pueda parecer la mejor solución para mujeres que no tienen el poder económico de realizarse una operación de calidad, son muchas las cuestiones a tener en cuenta para no someterse a una intervención de aumento de pecho ‘low cost’.
Prótesis de mala calidad: el punto más importante a tener en cuenta es el de la calidad de las prótesis. Estos productos de bajo precio incluyen en su composición elementos perjudiciales para el organismo, como un aditivo para carburantes descubierto en muchas de ellas. Además, los materiales utilizados son de tan escasa calidad que disminuyen la durabilidad de las prótesis notablemente, de las prótesis tradicionales que duran aproximadamente 20 años a 5 o incluso menos. La posibilidad de rotura de uno o ambos implantes es mucho mayor, con el peligro que supone para la salud de la paciente.
Profesionales no cualificados: de igual forma, este tipo de operaciones son llevadas a cabo por personal sanitario que actúa con mala praxis, que no tienen la experiencia necesaria y en muchos casos tampoco los conocimientos. Esto supone poner en riesgo la vida de la paciente, porque el aumento de pecho no deja de ser una operación que reviste seriedad y cierto peligro.
Instalaciones deficientes: la disminución de precio implica también un ahorro en materiales y equipo quirúrgico, además de unas instalaciones deficientes y mal acondicionadas como para llevar a cabo en su interior intervenciones de tal importancia. Es mejor desconfiar de cualquier espacio que no cumpla con las medidas de seguridad adecuadas en cuanto a la salud.
Falso ahorro económico: la única supuesta ventaja de una operación de bajo coste es el ahorro económico que supone para la paciente. Sin embargo, la inversión inicial no será la única que habrá que hacer, y cualquier intervención adicional y posterior tendrá que abonarse. Esto supone un coste añadido, incontrolable y en muchos casos incluso superior al de una operación de buena calidad.
Pasar por el quirófano para someterse a una cirugía de aumento de pecho no es algo que deba tomarse a la ligera. Por eso, siempre hay que acudir a un auténtico profesional que cuente con los medios y la experiencia necesarios, y que ofrezca todas las garantías de seguridad para la salud de la paciente.