Bel Ami, el Seductor (Bel Ami, GB-Italia, 2012), de Nick Ormerod y Declan Donellan. Sobre la novela homónima de Guy de Maupassant -que, mea culpa, no he leído- he aquí la crónica de un arribista pobre, iletrado pero desvergonzado y cínico que, gracias al dominio que presume sobre cada mujer que tiene enfrente, logra triunfar en la Belle Époque parisina de finales del siglo XIX. La elección de Robert Pattinson para el papel protagónico (otra mea culpa: esta la primera película que veo protagonizada por el joven crepusculero) resulta torcidamente adecuada: ¿por este galancete de tercera babea la podrida y corrupta sociedad francesa de La Tercera República? Mi crítica, en el Primera Fila del Refoma del viernes pasado.
Frankenweenie (EU, 2012), de Tim Burton. Ya que Burton no puede renovarse, por lo menos que abreve del buen cine que solía ver y hacer. Esta suerte de remake en stop-motion de su cortometraje homónimo de acción viva de 1984 se sostiene por un evidente amor del cineasta por su personaje -su alter ego, claro- y por el cine mismo. Mi crítica, el próximo martes, aquí mismo.