Del Perdón al Olvido (Life During Wartime, EU, 2009), de Todd Solondz. Tardío mini-estreno comercial de una película que se exhibió en la Muestra Internacional de Cine de hace dos años. Mi crítica, aquí.
Cambio de Planes (Maktub, España, 2011), de Paco Arango. El veterano realizador televisivo debutó con esta comedia melodramática con niño enfermo de cáncer terminal en ristre. El filme es un proyecto muy personal y se notan por todas partes las mejores intenciones del mundo. Lástima que la película tenga una realización tan pobre, tan apenitas. Mi crítica, en el Primera Fila de Reforma del viernes pasado.
Cita de Sangre (The Loved Ones, Australia, 2009), de Sean Byrne. Ganadora del premio del público en la sección Midnight Madness de Toronto 2009, ha llegado con tres años de retraso Cita de Sangre, una energética slasher/torture movie, opera prima del cineasta/guionista australiano Sean Byrne. En sentido estrico, no hay nada de original en esta película pero la ejecución de ella por parte del debutante Byrne y de su reparto (especialmente de la joven Robin McLeavy y John Brumpton) hacen que esta cinta de horror valga mucho la pena. Es decir, si bien el Sean Byrne guionista no pasa de ser un esforzado copista, el Sean Byrne cineasta demuestra un genuino talento en la puesta en imágenes, en el ritmo del montaje, en la dirección de actores. Estamos en algún pueblo del interior australiano. El galán adolescente Brent (Xavier Samuel), aún traumatizado porque se siente culpable de la muerte accidental de su padre sucedida meses antes, declina la invitación que le hace su tímida compañera Lola (Miss McLeavy) para asistir juntos al baile de graduación de la Prepa, lo que provocará que el papá de ella (formidable Mr. Brumpton) secuestre al muchacho, lo lleve a un lejano ranchito perdido en el medio de la nada y le organice su propio baile a su psicopática hija. Por supuesto, amarrado a una silla y clavado (y no es metáfora) al piso de la cabaña, Brent será el partido ideal para la solitaria Lola quien ha pasado por tantos rechazos anteriores (por lo menos seis, según mis cuentas) que otro más no lo podría resistir. Bueno, mejor dicho: sí lo puede resistir. De hecho, la muchacha puede resistir todo. Byrne no se detiene para mostrar escenas sanguinolentas en primer plano ni, mucho menos, tiene empacho en sostener varios minutos algún momento de torture-porn que se vuelve casi insoportable (¡ese taladro!), pero también Byrne es capaz de crear buenas secuencias de suspenso y no le teme al humor gore más desatado ni a las imágenes grotescas más enfermas. La película no llega a la hora y media duración -y esto contando hasta los créditos finales- y aún así le sobran varios minutos, en especial esa inútil subtrama en la que vemos a un amigo de Brent y a una jovencita gótica tener su muy particular Noche de Graduación. Todo este pietaje pudo haber sido eliminado sin mayor problema aunque, claro está, Cita de Sangre no hubiera pasado de 70 minutos.