Cásese Quien Pueda (México, 2014), de Marco Polo Constandse. Como pienso escribir de esta cinta largo y tendido el martes próximo aquí mismo en el blog, no diré nada y los dejaré con la duda: ¿masterpiece o master-piss? El martes, sin falta, la crítica in extenso.
Las Brujas de Zugarramurdi (España-Francia, 2013), de Alex de la Iglesia. El director de El Día de la Bestia (1995) lo volvió a hacer de nuevo: como ha sucedido desde La Comunidad (2000), de la Iglesia logra plantear una premisa atractiva, ejecuta un primer acto formidable y, después, se dedica a autosabotear sus logros a lo largo de la película, de tal forma que, llegado el momento, uno agradece que todo, por fin, se termine. Dicho de otra manera, Las Brujas de Zugarramurdi -que acaba de arrasar en el Goya 2014 en las categorías técnicas- es otro fracaso más de de la Iglesia pero, también como de costumbre, es un fracaso compulsivamente visible. Vamos, ojalá viéramos más fracasos de este tipo en el comercial mexicano.
La Vida de Adèle (La Vie d'Adèle. Chapitres 1 et 2, Francia-Bélgica-España, 2013), de Abdellatif Kechiche. Finalmente, la ganadora de la Palma de Oro en Cannes 2013 llega a México en su estreno comercial. Es probable que, más allá de las extendidas escenas sexuales y el inútil debate que en torno a ellas se creó, el filme se recuerde, en especial, por el debut de la jovencita Adèle Exarchopoulos. Mi crítica en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado.