El regreso de Mary Poppins (Mary Poppins Returns, EU, 2018), de Rob Marshall. “La peor medicina/ con Emily Blunt gustará/lo amargó quitará/sabrosa le sabrá/Un poquito de la Blunt/todo filme endulzará/y se puede saborear”. Mi crítica, in extenso, acá. (*)
Perfectos desconocidos (México, 2018), de Manolo Caro. La chorrogésima versión de la cinta italiana homónima de Paolo Genovese, adaptada esta vez a nuestro país, es la misma comedia de costumbres, pero con un reparto muy disparejo y una puesta en imágenes muy plana. Mi crítica, in extenso, acá. (-)
Spider-Man: un nuevo universo (Spider-Man: into the Spider-Verse, EU, 2018), de Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman. No digo que sea una sorpresa exactamente -después de todo, el argumentista es Phil Lord-, pero no esperaba tal despliegue de humor y de ingenio en esta nueva versión de la historia de Peter Parker... que no trata de Peter Parker. Mi crítica in extenso, acá. (***)
La casa más grande del mundo (México-Guatemala, 2015), de Lucía Carreras y Ana V. Bojórquez. Esta cinta dirigida a cuatro manos por la debutante guatemalteca Bojórquez y la experimentada guionista y cineasta mexicana Carreras podría haberse titulado, ¿Donde está la ovejita de mi amiga?En efecto, hay algo de Kiarostami en la límpida mirada nada condescendiente a las tribulaciones de una niña maya que, en algún lugar de la sierra guatemalteca, se queda a cuidar su hato de ovejas, ya que a su madre se le adelantó el parto. A la naturalidad de los niños protagonistas, hay que sumarle la espléndida fotografía en espacios abiertos de Álvaro Rodríguez. La anécdota es mínima, sin duda, pero la puesta en imágenes es impecable. Vista en Morelia 2015, ¡hace tres años! cuando, injustamente, se fue con las manos vacías. (**)
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