Somewhere: en un Rincón del Corazon (Somewhere, EU, 2010), de Sofia Coppola. En sentido estricto, una extensión del guión que escribió Coppola hija para Coppola padre para Historias de Nueva York (Scorsese, Coppola, Allen, 1989). Hay algunos momentos mágicos, evanescentes, pero este cuarto largometraje de Coppola hija es mucho ruido y pocas nueces. Elle Fanning está muy bien, eso sí. Mi crítica en el Primera Fila del viernes pasado de Reforma.
Conocerás al Hombre de tus Sueños (You Will Meet a Tall Dark Stranger, EU-España, 2010), de Woody Allen. El cuadragésimo largometraje de Allen es una cruel cinta en la que todos los personajes protagónicos -menos uno-, tan desagradables como racionalistas, son castigados por las decisiones que toman. La excepción es, irónicamente, la más ilusa de todas: una vieja ridícula y alcohólica que cree en las adivinas. Sí, es cierto: es una especie de Maridos y Esposas (1992) recalentado. Pero es un buen recalentado. Mi crítica en el Primera Fila del viernes pasado de Reforma.
Los Realizadores (What Just Happened, EU, 2008), de Barry Levinson. Una sátira hollywoodsense a la que le hace falta dirección y filo. De todas formas, disfrutable gracias a su reparto y a la caricatura de un insoportable cineasta ególatra que hace un cine miserabilista dirigido "a todos los que le gusta sufrir". No, no es González Ilárritu. Mi crítica en el Primera Fila del viernes pasado de Reforma.
Splice: Experimento Mortal (Splice, Canadá-Francia-EU, 2009), de Vincenzo Natali. Una película de horror que inicia como una capciosa metáfora sobre las dificultades de la maternidad/paternidad pero que termina convertida en un auténtico relajo. De todas formas, acaso porque la cinta se sale de madre con tanto vigor y convencimiento, resulta culposamente divertida. Guillermo del Toro es el productor ejecutivo.
El Árbol (México-España, 2009), de Carlos Serrano Azcona. Vi esta aburrición en Guadajara 2009 y esto fue lo que escribí en su momento en este mismo blog: "En alguna ciudad de España, seguimos a un tipo separado cuya mujer no le deja ver a sus hijos. No culpo a la nunca vista esposa: el tipo pierde el empleo, se droga a plena luz del día, duerme en la calle, toma alcohol en una banca hasta que se queda jetón... La cámara lo sigue durante interminables tracking-shots hasta que termina en un puente, queriendo terminar con su miseria -y la de nosotros, de pasada. Un cura le grita: '¡Qué vas a hacer desgracio!'. Una colegialas aparecen de la nada. El cura les ordena cantar para que el tipo no salte. Uno desea que las niñas se revienten con la Macarena o el Aserejé, aunque sea para despertar al respetable, pero se sueltan con otra cosa, en latin. Pantalla a negros. Fin. Bendito sea Dios".