Fuego (The Burning Plain, EU-Argentina, 2008), de Guillermo Arriaga. El debut del escritor y guionista mexicano Guillermo Arriaga como cineasta, después de su publicitado rompimiento creativo con González Iñárritu, es más de lo mismo y no necesariamente mejor. La película se deja ver por su buen reparto y el trabajo fotográfico de los maestros John Toll y Robert Elswitt, pero la narrativa paralela asincrónica se muestra aquí como un recurso ya gastado. Además, algunos de los comportamientos de sus personajes -especialmente el de la adolescente bien interpretada por Jennifer Lawrence- aparecen como injustificados, dramáticamente hablando. No es mal debut, de todas maneras, pero sí inferior a casi todas las cintas anteriores basadas en los guiones de Arriaga. Mi reseña, en el Primera Fila del Reforma del viernes pasado. Aquí está la reseña de Carlos Bonfil y aquí la de Miguel Cane.
El Origen (Inception, EU-GB, 2010), de Christopher Nolan. Como ya tengo escrita la (muy) extendida reseña del séptimo largometraje de Nolan -la publico aquí el próximo martes, sin falta- sólo adelanto que El Origen es, en mi opinión, la primera auténtica obra maestra del londinense hollywoodizado Nolan. No, no creo que sea El Ciudadano Kane (1941) del siglo XXI como han escrito algunos por ahí y no sé si será un parteaguas en la historia del cine como han dicho unos pitonisos por allá, pero sí creo que algunas escenas, algunos momentos, de esta cinta no desmerecen, para nada, con otros similares de otras grandes películas que tratan sobre el mundo de los sueños y/o las obsesiones. Mi reseña, aquí, el próximo martes.